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Patologías

Prepara tu cuerpo para las estaciones con homeopatía

La salud, las estaciones y la Homeopatía. Una historia interminable.

Por Dr. Guillermo Basauri

La vida es una sucesión de ciclos. Expansión y compresión, luz y oscuridad, actividad y letargo, expansión y compresión.

Nuestra vida es posible gracias al constante movimiento de nuestros pulmones y de nuestro corazón, que lo hacen como las mareas de los océanos.

Dormimos cada noche para despertar cada mañana; morimos para renacer.

Todo lo que somos y lo que hacemos transcurre en el infinito ciclo de las estaciones, a lo largo del cual la energía y la materia se transforman constantemente enseñándonos una fascinante lección:

La muerte no existe; todo es vida, todo es evolución.

Cada ser que muere en la Naturaleza regresa a ésta para nutrirla y generar nueva vida. No desaparece, tan solo se transforma.

Los seres humanos tenemos la fantasía de que somos algo aparte; estamos nosotros y luego el resto del planeta, o al menos nos comportamos como si así lo pensáramos. Hemos creado una forma de vivir que hemos desvinculado casi completamente de los ciclos de la naturaleza. Trabajamos, comemos y vivimos prácticamente igual a lo largo de las diferentes estaciones del año, cada vez más desconectados de nuestra Madre Naturaleza y de sus ciclos de “muerte y renacimiento” que no son otra cosa que ciclos de constante evolución.

Hoy quiero que viajemos juntos a través de nuestras estaciones y redescubramos la magia de vivir en un Universo que, si lo miramos atentamente, no para de mostrarnos que todo es cambio y transformación.

Vamos a comenzar naciendo, despertando.

LA PRIMAVERA

Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.

                                                                                                        Pablo Neruda

Doña Primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:
Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño
y de exultación.

Gabriela Mistral

Es hora de despertar, ha llegado la primavera. Es la estación del renacimiento de la Naturaleza, el tiempo de la creación y el desarrollo. La vida comienza a despertar después del letargo del invierno, esperando el calor del verano que propiciará los frutos del otoño.

La luz del sol comienza a dominar los días y así será durante los siguientes seis meses. Es el momento de hacer nuevos planes, de cambiar todo lo que deseemos, de abrirnos a lo nuevo.

Los órganos relacionados con esta estación son el hígado y la vesícula biliar. Dice un aforismo médico: “Antes de curar hay que limpiar”. Y, como todos sabemos, antes de emprender algo nuevo es bueno dejar lo viejo bien arreglado, así que la primavera se antoja como el momento ideal para plantearnos un buen drenaje de estos órganos antes de comenzar este nuevo ciclo de luz y vida.

Acabamos de salir de las estaciones frías y oscuras en las que el clima pide una dieta fuerte y calórica y por ello un esfuerzo adicional a nuestro gran órgano drenador y metabolizador, el hígado. Así que es el momento de poner en marcha estrategias que nos ayuden a descargar este órgano y para ello, nada mejor que unos días a base de dieta ligera con frutas y verduras, incluso algún periodo de ayuno, y el consumo de caldos e infusiones que nos ayuden a estimular la limpieza hepática. Medicamentos homeopáticos a base de CHELIDONIUM, CARDUUS MARIANUS, TARAXACUM, BOLDO o LYCOPODIUM van a ser de gran ayuda a la hora de activar todas las funciones hepáticas.

No está de más decir que estos periodos de limpieza deben realizarse bajo la supervisión de un médico siempre que la persona tenga algún problema de salud de base o en cualquier circunstancia que así lo aconseje.

Tampoco hay que olvidar que en este momento en el que todo renace también es el momento en el que las plantas eclosionan y aparecen grandes cargas de polen en el ambiente. Hemos escrito varios posts sobre lo que la homeopatía puede aportarnos en la alergia estacional al polen y en las alergias en general. Hoy en día muchas son las razones de tratar las alergias primaverales con homeopatía.

Tenemos la costumbre de pensar en el comienzo del año cronológico, o sea enero, como el momento de plantearnos los nuevos propósitos y los cambios venideros, cuando sería mucho más ajustado a los ciclos de la vida y de la naturaleza plantearnos estas decisiones, precisamente, en el momento en el que la vida despierta y no cuando todo está en pleno letargo.

La primavera es el tiempo de la limpieza, la creatividad, los nuevos propósitos y la renovación de los que ya están en marcha, de despertar y de abrirse al calor del verano, que comenzará a madurarlo todo.

EL VERANO

Frutales cargados.
Dorados trigales...


Cristales ahumados.
Quemados jarales...

Umbría sequía,
solano...

Paleta completa:
verano
.      

Antonio Machado

La estación comienza con el solsticio de verano el día 21 de junio, el día con más horas de luz del año. A partir de aquí los días se irán acortando hasta llegar al solsticio de invierno, seis meses más tarde. El verano es el momento de la maduración y del crecimiento de la naturaleza y de todo lo que hayamos puesto en marcha durante la primavera.

El clima seco y el calor rigen la vida y es el momento de salir al sol, de vivir en la calle, de movernos. En nuestra actual cultura del trabajo, desconectada de los ciclos naturales, el verano es el momento de las vacaciones de la mayoría de las personas, por las ventajas que para el disfrute supone el buen tiempo y las muchas horas de luz, pero hay que recordar que, en realidad, el verano es una estación de mucho trabajo en el campo esperando conseguir una buena cosecha en el otoño.

Así que si el verano ya no suele ser un momento de duro trabajo físico, sí puede serlo de incrementar nuestra actividad física, el ejercicio. Un cuerpo vigoroso, fuerte muscularmente, es una de las cosas que aportan más resistencia a la enfermedad. Esto lo estamos comprobando sobre todo en la gente mayor; un buen tono físico y muscular se relaciona con más y mejor vida. Caminar es muy importante y está muy bien, pero no es suficiente. Debemos ejercitar todos los grupos musculares de nuestro cuerpo tal y como ocurriría si viviéramos en contacto con la naturaleza. Están muy bien los adelantos técnicos pero no podemos hacer que esta nueva forma de vida vaya contra nuestra salud, así que el verano puede ser el momento en el que comencemos a desarrollar una estrategia de actividad física que contribuya a mejorar nuestro tono y nuestra fuerza muscular.

La dieta del verano ha de estar cargada de alimentos frescos y descongestionantes. Frutas jugosas y ensaladas crudas podrán ser las reinas de nuestra mesa, acompañadas de algunos cereales integrales, semillas y frutos secos para completar el aporte energético y proteico que también vamos a necesitar. Si lo deseamos, el pescado y los huevos complementarán nuestra dieta pero debemos evitar en lo que podamos carnes rojas, embutidos, alimentos muy grasos y, sobre todo y como siempre pero ahora especialmente, los alimentos (por llamarlos de alguna manera) industriales y procesados.

Viajes y cambios de hábitos, más ejercicio, baños en el mar, salidas a la montaña… un montón de situaciones en donde un buen botiquín con medicamentos homeopáticos va a sernos de gran utilidad. Si os vais de viaje a la montaña, también hay algunos medicamentos homeopáticos imprescindibles que os recomiendo llevar en la mochila.

Tenemos que aprovechar esta estación para cargarnos de calor, entusiasmo y vitalidad. La alegría es la emoción del verano y la fuerza ha de ser nuestro objetivo. Hemos de prepararnos para el duro trabajo de la cosecha y los tiempos fríos y oscuros del invierno.

EL OTOÑO

El otoño es una segunda primavera,
cuando cada hoja es una flor.

Albert Camus

El otoño devuelve a
la tierra las hojas que ella le prestó en verano.

George Christoph Lechtenberg

El verano tardío y el otoño es el tiempo de cosechar, de la fructificación de todo el crecimiento de la primavera y el verano. También es el momento en el que podremos sentir todos los beneficios acumulados durante la primavera y el verano sobre nuestra salud, gracias a la limpieza y los buenos hábitos desarrollados a lo largo de estos meses. Es tiempo de empezar a recoger lo que hayamos sembrado en todos los aspectos de nuestra vida y también supone el momento final de la preparación para el duro invierno, la estación del descanso y la interiorización.

El primer día del otoño es el equinoccio del 23 de septiembre, día en el que la oscuridad de la noche iguala a la luz del día. Comienza un ciclo de vuelta hacia nuestro interior; cada vez pasaremos más tiempo dentro de nuestro hogar y debe ser también el tiempo de mirarnos más hacia dentro de nosotros mismos. El otoño es un buen momento para finalizar los proyectos que hayamos puesto en marcha los meses de la luz, para así empezar otros más orientados hacia la casa y el interior.

Como en los primeros días de la primavera, el comienzo del otoño es también un buen momento para hacer una limpieza, quizás no tan profunda como la de la primavera, para preparar nuestro organismo para los rigores del invierno con su dieta más potente y calórica.

Los órganos relacionados con el otoño son las vías respiratorias, sobre todo los pulmones, y el intestino grueso. Guardar el calor y una alimentación libre de un exceso de alimentos de origen animal y, sobre todo, de procesados serán garantía de fortaleza a nivel de nuestro aparato respiratorio. Medicamentos homeopáticos a base de ECHINACEA, INFLUENZINUM, ANNAS BARBARIE o THIMULINE podrán ser de gran ayuda a la hora de mantener nuestro sistema inmunológico fuerte frente a los procesos catarrales. Este artículo sobre las enfermedades más frecuentes en otoño y este sobre la preparación de las defensas al invierno con homeopatía creo que os serán de mucho interés a la hora de entender las ventajas de la homeopatía en la prevención y el tratamiento de estos procesos catarrales frecuentes durante el otoño y el invierno.

Sobre el estreñimiento y sus causas os quiero invitar a leer el post del Dr. Manresa, publicado recientemente en este mismo blog de homeopatía. Creo que es muy completo y da una amplia visión de cómo la homeopatía puede ayudarnos con este problema tan extendido entre la población. Bueno, y os enlazo a este post mío que también habla sobre la prevención del estreñimiento.

El otoño es tiempo de consolidar y de recoger. También es tiempo de volver la vista hacia dentro para reflexionar sobre todo aquello que nos hace sentirnos ajenos y separados de todo lo que nos rodea. Entender qué nos hace actuar contra nuestro propio bienestar y el de todo (y todos) lo que nos rodea es el único comienzo posible hacia la armonía, que algún día llegará.

EL INVIERNO

En el corazón de
todos los inviernos
vive una primavera palpitante
y detrás de cada noche
viene una aurora sonriente.    

Gibran Khalil Gibran

Invierno, el tiempo del descanso. La Naturaleza entra en su letargo, reponiéndose de lo trabajado y producido durante los ciclos de crecimiento y recolección y preparándose para el nuevo ciclo que sabe que llegará. Toda la vida que creció, hojas, flores y frutos, ya está de nuevo nutriendo la tierra y preparándola para gestar y parir nueva vida en la primavera que pronto llamará de nuevo.

También puede ser el tiempo de entrar en la profundidad de nosotros mismos para conectar con el calor de nuestro espíritu buscando el descanso, el silencio y la reflexión que nos hagan salir reforzados de este tiempo de frío y oscuridad. El hogar, la familia y los amigos pueden ser la mejor fuente de calor que podamos imaginar. Que el calor de nuestros corazones derrita el hielo del invierno.

La dieta del invierno ha de ser también más calórica y sustanciosa. Es el momento de aumentar la cantidad de cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, verduras cocinadas y, si se desea, alimentos grasos y proteína de origen animal, que siempre recomiendo con mucha moderación (lo mejor, huevos y pescado). Las ensaladas y las frutas frescas, salvo en personas muy congestivas, pueden pasar a un muy segundo lugar pues ahora es el momento de los platos cocinados y calientes. Sobre alimentación os dejo algunas claves para mantener nuestro organismo libre de toxinas que espero os parezca interesante.

El ejercicio y la actividad física que durante los ciclos anteriores podían estar más orientados hacia fuera, sobre todo durante el verano y la primavera, ahora en invierno tendremos que trasladarlos también hacia el interior. El trabajo de fuerza con pesas o circuitos de entrenamiento de potencia-resistencia combinados con técnicas de tonificación y estiramientos tipo pilates, yoga o taichí (como veis la oferta es multicultural) nos garantizarán conservar la fuerza y la elasticidad fundamentales para el buen estado de todo nuestro organismo.

Mantenerse caliente, estar tranquilo, dormir bien, estar en casa, mirar hacia dentro, permanecer activos, compartir el calor de todas las maneras posibles. Todo esto hará que salgamos fortalecidos del invierno listos para conectar de nuevo con el renacimiento de la primavera.

En este post os dejo algunas pistas sobre cómo mantener las defensas altas durante el invierno.

El otro día leía algo así como que si los seres humanos no nos autolimitamos lo hará la naturaleza, de hecho, creo que ya está comenzando a hacerlo.

Mirar hacia adentro no es enterrar la cabeza en nuestro ombligo como si fuéramos quienes organizamos este Universo al que pertenecemos. Los principios que rigen la vida no los elegimos nosotros, como hacemos con las leyes que rigen nuestra sociedad, y si los ignoramos y no los acatamos pues pasará lo que tiene que pasar, que lo pagaremos con sufrimiento.

El ser humano puede crecer sufriendo o comprendiendo. Cuanto más comprendemos menos sufrimos. Estoy profundamente convencido de que el sufrimiento es hijo de la ignorancia.

La Naturaleza es el libro más profundo y revelador que podemos leer para acercarnos al conocimiento. Y yo no hablo de leerlo con los ojos de la ciencia, que también, sino con los ojos de la conciencia. La ciencia sin corazón y sin luz no nos va a llevar más lejos de donde ya nos ha llevado. La ciencia sin alma nos ahoga, nos asfixia.

Los ciclos de las estaciones creo que nos hablan de la vida infinita y eterna que fluye sin parar a través de nosotros y que solo espera a que la reconozcamos y decidamos armonizarnos con ella.

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