Virtual realidad

Que la realidad en muchas ocasiones supera la ficción no solo es una frase hecha. La capacidad de sorpresa cuando de niños hablamos no tiene límite aunque se lleven más de 30 años ejerciendo la pediatría y uno haya oído de todo en el mundo de los más pequeños.

Hace unos días mi pareja y yo programamos una excursión a la montaña a la que llevaríamos a dos niñas de 10 años. La Región de Murcia no es una zona que se caracterice especialmente por su vegetación, pero las niñas en concreto viven en un ámbito semirural, rodeado de pequeñas montañas medianamente pobladas de árboles.

Caminábamos por una pista forestal cuando al volver la vista hacia una ladera poblada de pinos uno de ellas exclamó, “mira una montaña en 3D”. La reflexión fue inmediata. Que distorsionada puede estar actualmente la percepción de una niña de 10 años que cuando mira una ladera cubierta de pinos cree estar viendo un holograma. Mejor no sacar conclusiones.

Dentro de los controles periódicos de salud que realizamos los pediatras, debemos rellenar una serie de pestañas de la ficha de revisión en la que se incluyen preguntas a los padres como: ¿cuántas horas a la semana está el niño frente al televisor, pantalla de ordenador, tablet o consola?; ¿Cuántas los fines de semana?; La respuesta te suele dejar con la boca abierta. Queriendo ser pedagógico con los padres, suelo sumar las horas totales a la semana y les comento, “se da cuenta que su hijo está 2 días completos de la semana frente a una pantalla”. Los padres suelen entonces volverse hacia el niñ@ y decirle “ves como te digo que no es bueno tanta pantalla”. Como padre me voy de la consulta reconfortado con que el pediatra ha confirmado mis sospechas, pero esa misma tarde, mi hijo volverá a jugar, divertirse, leer, estudiar informarse y formarse como persona frente a una pantalla, y yo pensaré en mis adentros “son los tiempos que corren” y me dirigiré a relajarme, leer, informarme y realizarme frente a una pantalla sintiéndome el padre mas “guay” del mundo mundial.