Todo el río es para ti

Ya es septiembre y las pocas personas que venían por aquí ya han dejado de venir. Hasta echo un poco de menos las risas y gritos de los pocos niños jugando en el agua. Pero ahora ya es septiembre, el verano se acaba como tantos otros veranos en los que quizás éramos nosotros los que gritábamos y reíamos jugando a coger peces con un bote de plástico o tirando mágicas piedras planeadoras en el agua.

Así que ahora todo el río es para ti. Entra despacio sabiendo como nunca que no son las mismas aguas que ayer ni las mismas que mañana. Hace más de dos mil años que Heráclito, el oscuro, ya lo dijo. Hace más dedos mil años seguramente ya lo dijeron todo. No sé para que nos empeñamos en decir algo más.

El agua está helada como todos estos días y notas al principio como vas perdiendo la sensibilidad de tu cuerpo.Los pies, las rodillas, los muslos, los brazos, la barriga… Todo el cuerpo es como si se hubiese vuelto de corcho, como ese viejo tronco desgajado en la orilla… Son unos segundos tan solo porque después sumerges la cabeza en el agua y quisieras gritar como de dolor. Y es entonces cuando empiezas a notar de nuevo tus miembros que parecen obedecerte poco a poco.

Mientras te vas deslizando suavemente en el agua ves el cielo azul y te gustaría que te calentara su color…por favor cielo,déjame aquí pero envuélveme en tu color… Y oyes el viento delicado en lo alto, en las hojas de los chopos,que se mueven y blanquean como si no fuera el sol sino la luna la que las bañara.

Y por unos momentos tienes la extraña sensación de que tú ya no eres tú, te has dejado a ti mismo allá lejos en la orilla y ahora sólo eres una sombra difusa en el río, eres viento y eres agua y eres azul…

Quizá dentro de unos días estés en el ruido, en las discusiones, en la lógica, en los principios, en la verdad, en la razón, en las convicciones…

Pero ahora todo es muy sencillo. Todo el río es para ti y tú sólo sigues deslizándote sobre él como si alguien estuviese patinando sobre el azul del cielo, como si alguien fuese niño, como si alguien fuese río.