Sobredosis de Ibuprofeno
Leyendo hace unos días EL CORREO me encontré con una noticia a toda página titulada como este post: “Sobredosis de Ibuprofeno”. La verdad es que no soy mucho de leer las noticias del periódico a fondo pero ésta prometía, así que me puse con ella.
Era un artículo que firmaba Fermín Apezteguía y en el que se entrevistaba a Juan del Arco, director del Centro del Medicamento de Bizkaia. En él se advertía de los serios problemas para la salud que se derivaban del consumo de estos medicamentos. “Médicos y farmacéuticos alertan de que el abuso de estos medicamentos propicia la aparición a corto plazo de problemas gástricos, renales y de derrames de sangre en forma de ictus y trombosis”. Y la advertencia no sólo tiene que ver con el Ibuprofeno sino que también se extiende al paracetamol. Y hacían alusión a colectivos como los enfermos crónicos o las mujeres con reglas dolorosas, consumidores habituales de estos fármacos.
El artículo también habla de cómo la Unión Europea está llevando un estudio a gran escala del uso de estos medicamentos en miles de pacientes y las ventajas y desventajas que este uso masivo conlleva y que las primeras conclusiones a las que se está llegando coinciden con las del grupo del Centro Vasco de Información de Medicamentos: los usamos mal poniendo en peligro la salud de sus consumidores.
Uno de los consejos básicos que se proponen es reducir la toma por dosis. Frente a los 600 mgr por toma de ibuprofeno y los 1000 mgr de paracetamol que se prescriben y se consumen habitualmente, se recomienda bajar a 400 mgr la dosis del primero y a 650 mgr la del paracetamol. Así se conseguiría acumular menos medicación en el organismo y disminuir algo el riesgo de padecer las complicaciones mencionadas.
Pero sin duda hubo dos frases, que el articulista pone en boca del director del centro del Medicamento de Bizkaia y que aparecen en negrita, que me impactaron especialmente:
“Los fármacos no dejan de ser más que venenos que tomamos en dosis pequeñas”.
Y esta es la mejor. “El mejor médico es el que receta la dosis más baja. Si resulta eficaz, ¿para qué quiere usted tomar más?”
Y pensé, – ¡Coño! (perdón), está hablando de homeopatía y ni se está dando cuenta.- Porque cuando usamos medicamentos homeopáticos es eso, justamente, lo que hacemos. Usamos la dosis más baja de un medicamento que resulte eficaz para tratar los problemas de nuestro paciente. Y es una dosis tan baja que conseguimos mantener el efecto terapéutico de la sustancia pero eliminando toda su carga tóxica. El medicamento perfecto; eficacia con seguridad. Beneficio sin toxicidad.
Yo siempre lo digo porque así lo pienso; no hay medicamentos buenos y malos, hay buenas y malas maneras de usar los medicamentos. El ibuprofeno, el paracetamol, los corticoides, quimioterápicos, inmunosupresores…Sabemos que son medicamentos con importantes efectos secundarios para los paciente que los toman, pero también sabemos que, en muchas ocasiones, son el tratamiento que necesitan. Somos conscientes de la relación riesgos-beneficios de usarlos pero los usamos porque pueden ser imprescindibles para garantizar el mejor tratamiento a muchos pacientes.
Pero lo que también afirmo, con igual convicción, es que es una nefasta estrategia de tratamiento hacia nuestros pacientes no tomar en cuenta a los medicamentos homeopáticos como medicamentos de primera elección en todas las ocasiones que se pueda, que son muchísimas. O tenerlos en cuenta dentro de un tratamiento junto a otros medicamentos menos seguros y con efectos secundarios conocidos para intentar que estos últimos estén lo menos presentes en nuestra receta.
Yo siempre digo a mis alumnos el primer día que los tengo en los cursos de formación en homeopatía, que imparto como profesor del CEDH (Centro para la Enseñanza y Desarrollo de la Homeopatía), que la homeopatía te hace mejor médico de lo que ya eras. Y lo hace porque te enseña a mirar a tus pacientes como un todo, entendiendo que detrás de cada diagnóstico hay una persona que expresa la enfermedad de una forma individual e intransferible y que, por eso, necesita un tratamiento también individual e intransferible. Y te hace mejor médico porque te enseña a utilizar los medicamentos más seguros con los que podemos contar en nuestras farmacias, los medicamentos homeopáticos. Luego, cómo los usemos dependerá del criterio de cada médico según lo que considere mejor para su paciente.
Lo que sí que me sigo preguntando es: ¿Sabía o no el señor Del Arco que estaba hablando de homeopatía? Creo que tenemos un nuevo Expediente X.
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No!, evidentemente el señor del Arco no sabía que estaba hablando de Homeopatía, aunque si que es cierto que los farmacéuticos estamos más concienciados de la necesidad de la dosis mínima efectiva que muchos médicos… No se si has oído hablar de la “hormesis”. Es un término que yo desconocía hasta hace poco y que realmente no se de dónde surge, pero que ya están utilizando algunos médicos: es el fenómeno observado experimentalmente, de que dosis altas de fármaco bloquean y entorpecen procesos del organismo, mientra que dosis bajas del mismo fármaco estimulan dichos procesos. En fin! si Hahnemann levantara la cabeza!
Buen día Jordi.
Muchas gracias por tu comentario y no, yo tampoco creo que el señor del Arco supiera que estaba hablando de homeopatía. Pero, ¿a que a que ha sido divertido?.
Sobre la Hormesis, si pinchas en el nº 4 de mis entradas verás un post que se titula, precisamente, Hormesis. Si te animas a leerlo ya me contarás. También te dejo aquí el enlace: http://www.homeopatiasuma.com/hablando-de-homeopatia/hormesis/
Un saludo muy afectuoso.