La inmensidad de lo diminuto
No siempre nos damos cuenta pero a cada instante la vida pone ante nosotros sus milagros, sus maravillas.
Hay una cosa que hago todos los días y que cada vez que la hago no deja de asombrarme, de sorprenderme, de maravillarme. Me gusta la fruta y, como os digo, la como a diario. Y cada vez que abro una manzana no puedo dejar de coger unas cuantas de sus semillas y las pongo sobre mi mano. Y siento que ahí, contenido en esa diminuta semilla hay un inmenso árbol con miles de frutos esperando a brotar. Sinceramente, no lo entiendo pero sé que está ahí. Y lo sé porque si la enterrase en una tierra fértil no tardaría en eclosionar y en mostrar todo el potencial que contiene.
El otro día, oyendo la radio, escuchaba a una médico decir ante la pregunta de un periodista que, efectivamente, el tratar procesos patológicos en una mujer embarazada supone un serio problema para el médico al carecer de medicamentos seguros. Vino a decir algo así como que el único medicamento seguro en el embarazo es el que no se toma.
Y yo pensaba que era una pena cuantas mujeres embarazadas sufren infecciones, catarros, lumbalgias, ansiedad, hemorroides, urticarias, insomnio, náuseas… (Y todo lo que se os ocurra) sin que podamos darles un tratamiento que les alivie por el riesgo de sus efectos sobre el embarazo y el feto. Y que cuando se lo demos, porque hay ocasiones en las que no podemos dejar de hacerlo, siempre tengamos que estar atenazados por el temor a los posibles efectos no deseados.
Y pensaba cómo me hubiera gustado escuchar esta otra respuesta: “La verdad es que la Homeopatía, en este sentido, es una herramienta fabulosa que nos permite atender cualquier situación durante el embarazo sin riesgo ni para la madre ni para el feto. Es maravilloso poder contar con medicamentos seguros y eficaces durante este momento tan sensible de la vida”.
Pero bueno, cada vez somos más los que lo sabemos.
Si una pequeña semilla contiene tanta vida y un gránulo de homeopatía tanta capacidad de movilizar nuestro organismo hacia el equilibrio perdido, ¿qué encerraremos nosotros como seres humanos? ¿Qué potencialidades aún dormidas esperan en nuestro cerebro y en nuestra alma? ¿De qué seremos capaces?
Espero que, igual que la semilla estalla de vida en la tierra o el gránulo moviliza lo mejor de nuestras capacidades, seamos capaces como humanidad de dar nuestros mejores frutos movilizando nuestras energías más puras y creativas. Que lo diminuto nos conduzca a lo inmenso.
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Nunca mejor dicho , que lo diminuto conduzca a lo inmenso .Por ejemplo con unos poquitos granulos tengo la capacidad de devolver la salud a un gato enfermo y al mismo tiempo puedo inmunizar ( si es la palabra apropiada ) o evitar que el resto de la colonia se contagie , aumentando la capacidad de su sistema inmunitario , sin tener acceso a tocarlos , a traves de la comida y el agua . Sin producir ningun efecto secundario al enfermo y a sus amigos , incluidos los mas pequenos .
Me quedo con esta frase : QUE LO DIMINUTO CONDUZCA A LO INMENSO.
Misi Mu, me encanta todo lo que estás haciendo con esas colonias de gatos callejeros. Mucha gente cree que las buenas acciones (y las malas) solo recaen sobre quien las recibe directamente. Yo soy más de pensar que cada acción tiene además una energía que trasciende y que se une a todas las otras energías que vibran en la misma frecuencia, empujando al mundo en una u otra dirección.
Sin duda lo que tú haces con esos gatitos, toda tu generosidad, no solo los ayuda a ellos, nos ayuda a todos, hace de este mundo un lugar mejor.
Llámame loco pero gracias por todo.
Muy bueno Guillermo. He compartido. Gracias!
Gracias a ti Conchi y te mando un abrazo…inmenso.
Que bueno y que sabio!
La sabiduría no solo se encuentra en los grandes libros, también está en las pequeñas cosas de cada día. Solo hace falta un poco de atención, mirar con ojos nuevos.
Muchas gracias por tu sensibilidad y tu apoyo.