La Homeopatía en el tratamiento de la disfagia
Se denomina disfagia a la dificultad que algunas personas sufren para tragar, tanto sólidos como líquidos. En este post vamos a abordar los distintos tipos de disfagia, sus síntomas y causas y cómo la Homeopatía puede ayudarnos en el tratamiento de las personas que lo sufren.
Según un estudio realizado en Estados Unidos sobre la prevalencia y los factores de riesgo asociados a la disfagia, se vio como esta dolencia afectaba al 3% de la población, tanto en mujeres como en hombres en todos los grupos de edad adulta, siendo la enfermedad de reflujo gastroesofágico su causa más frecuente. Interesante señalar que también se relacionó una mayor frecuencia en la aparición de disfagia con las personas que consumían habitualmente medicamentos inhibidores de la bomba de protones, tipo el omeprazol.
Síntomas de la disfagia
La deglución, tragar, es un acto automático al que no solemos dar mayor relevancia pero, en realidad, es un proceso complejo en el que están implicados elementos tanto fisiológicos como psicológicos. Es importante tener en cuenta que muchas personas pueden experimentar dificultad para tragar de manera ocasional y esto no significa que estén sufriendo de disfagia.
Las sensaciones que refieren las personas que sufren de disfagia pueden ser muy variadas. La intensidad, la frecuencia y la zona en donde sienten la dificultad para tragar puede ser muy diferente de un paciente a otro.
Dicho esto, los síntomas más frecuentes asociados con la disfagia son:
- Dificultad para tragar alimentos sólidos o líquidos.
- Dolor al tragar.
- Necesidad de masticar por largo tiempo la comida para poder tragarla.
- Sensación de que la comida se atasca en la garganta o el pecho, detrás del esternón.
- Regurgitación (reflujo) de la comida.
- Acidez de estómago.
- Tos, arcadas o carraspeo al tragar por ingreso de alimentos en el tracto respiratorio.
- Babeo.
- Ronquera.
En este contexto sintomático, muchas personas acabarán disminuyendo la cantidad de alimentos que ingieren ante tantas molestias, lo que puede llevar en algunos casos a pérdidas de peso y desnutrición e, incluso, a episodios de deshidratación, más o menos severa, en las personas con serias dificultades para ingerir los líquidos. Las neumonías por aspiración de comida hacia el tracto respiratorio, puede ser también una posible complicación de la disfagia.
Ya hemos comentado que es normal que cualquier persona pueda sentir cierto grado de dificultad para tragar de forma puntual y transitoria. Dicho esto, sí será conveniente consultar con el médico si la dificultad para tragar se sufre regularmente, si hay bajada de peso y si la disfagia se acompaña de regurgitación o vómitos. Y, por supuesto, si la disfagia dificulta la respiración debe acudirse lo antes posible a un servicio médico de urgencias.
Y aunque la disfagia es más frecuente en las personas mayores y puede estar asociada a muchas dolencias frecuentes en este rango de edad, como el Alzheimer, la disfagia no es el resultado del envejecimiento, por lo que se debe considerar como una alteración a la que hay encontrar su causa.
Tipos de disfagia
El proceso de deglución se compone de tres fases:
- Fase oral de preparación del alimento en la boca,
- Fase orofaríngea, en la que el alimento pasa hacia la garganta y el esófago.
- Fase esofágica, el tránsito del alimento a lo largo del esófago hasta el estómago.
Casi todos los episodios de disfagia se producen en las dos últimas fases de la deglución, por lo que hablaremos de disfagia orofaríngea y disfagia esofágica.
Además de esta clasificación, que es la más utilizada a nivel clínico, también podemos hablar de otros dos tipos de disfagia según cómo se manifieste la dificultad para tragar: la disfagia progresiva y la disfagia no progresiva. En la disfagia progresiva la dificultad en la deglución aparece siempre, en cualquier intento de tragar, mientras que en la no progresiva esto no se da en todas las ocasiones.
Causas de la disfagia
La dificultad para tragar puede deberse tanto a factores emocionales y psicológicos como a factores estructurales y fisiológicos, estando en muchos casos asociados unos y otros. Incluso, hay que tener en cuenta que la sensación subjetiva que un alimento produce en una persona puede desencadenar la disfagia. Es decir, una persona que tenga repulsión hacia un alimento puede sentir una verdadera dificultad para tragarlo sin otra justificación.
Según se trate de una disfagia orofaríngea o esofágica, las causas suelen ser diferentes.
Disfagia orofaríngea.
- Enfermedades y daños neurológicos como el Parkinson, la esclerosis múltiple, ciertas distrofias musculares, accidentes cerebrovasculares o cualquier traumatismo que afecte a estructuras nerviosas relacionadas con la deglución.
- Divertículo faringoesofágico (divertículo de Zenker) que aparece en la garganta y que puede llenarse de restos de comida, dificultando así el paso de los alimentos.
- Cánceres y sus tratamientos con radioterapia.
Disfagia esofágica.
- Acalasia.
- Espasmo esofágico.
- Estenosis luminal. El estrechamiento del calibre del esófago suele deberse a tumores, a la inflamación y el tejido cicatricial que pueden aparecer en el contexto de una enfermedad de reflujo gastroesofágico. También puede ser un efecto secundario del tratamiento con radioterapia en algunos tumores.
- Presencia de cuerpos extraños.
- Anillo esofágico.
- Esofagitis eosinofílica.
- Esclerodermia.
- Enfermedades reumáticas (Lupus, sídrome de Sjogren, artritis reumatoidea).
- Cáncer.
Algunos medicamentos también cuentan con la disfagia entre sus posibles efectos secundarios. Esto es algo que siempre tendremos que tener en cuanta, sobre todo con las personas polimedicadas que, por cierto, cada vez son más entre las personas más sensibles a esta patología, como son las personas mayores.
Diagnóstico y tratamiento convencional de la disfagia
El interrogatorio y la exploración física son los pilares de todo diagnóstico médico. A partir de aquí podremos orientar al paciente hacia otras pruebas que nos puedan acercar al un diagnóstico lo más preciso posible. Radiografías, estudios dinámicos de la deglución, endoscopias, manometrías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, son algunas de las técnicas más habituales que podremos utilizar a este fin.
En una dolencia como la disfagia, que puede estar causada por tantas enfermedades distintas, el tratamiento estará orientado a atender la enfermedad de fondo en la medida que sea posible.
Así, estarán indicadas diferentes opciones de tratamiento que irán desde cambios en la alimentación y en los hábitos de ingesta de alimentos, aprendizaje y reeducación con técnicas de deglución, medicación, dilatación esofágica o la cirugía.
En algunas ocasiones el origen de la disfagia puede ser emocional. Aquí, los cambios de hábitos de ingesta como mejorar la postura, masticar con presencia y consciencia y adaptar la cocción y tipo de alimentos a lo que la persona tolere mejor, pueden ser de gran ayuda. Y, por supuesto, acudir a un especialista en psicoterapia con quien explorar que conflictos se esconden tras esa dificultad para tragar.
La Homeopatía en el tratamiento de la disfagia
En una situación como la disfagia, con posibles causas tan diversas, el médico experto en Homeopatía deberá valorar qué lugar podrán ocupar los medicamentos homeopáticos en cada persona.
Cuando el origen del problema requiera una cirugía o cualquier tratamiento invasivo, la Homeopatía puede llegar a ser de gran ayuda a la hora de minimizar complicaciones y favorecer el posoperatorio. ARNICA, STAPHYSAGRIA, PYROGENIUM o PHOSPHORUS son solo algunos de los medicamentos de los que ya hablé ampliamente en este post sobre las ventajas de la Homeopatía tras la cirugía.
Lo mismo diríamos sobre la ventaja de implementar medicamentos homeopáticos en los pacientes que tienen que someterse a un tratamiento de cáncer, que puede ser una de las causas que estén detrás de la disfagia. En concreto medicamentos homeopáticos como RADIUM BROMATUM, TUBERCULINUM RESIDUUM, CAUSTICUM o CALCÁREA FLUÓRICA son algunos de los más indicados para intentar mejorar los efectos secundarios de la radioterapia a este nivel.
Medicamentos como CONIUM, LAUROCERASUS o CAJUPUTUM pueden ser de gran ayuda en los pacientes en los que en problema se centre en la tendencia al espasmo del esófago, incluyendo las situaciones en las que puedan predominar el componente psicógeno y emocional.
CURARE, GELSEMIUM, OPIUM o CAUSTICUM están clásicamente indicados en procesos de parálisis y debilidad muscular que pueden estar relacionados con algunos tipos de disfagia.
PLATINA, IGNATIA, CALCÁREA CARBÓNICA o LACHESIS estarán también frecuentemente indicados por su comprobada acción sobre los procesos espasmódicos y constrictivos.
Estos son solo unos ejemplos de las posibilidades que la Homeopatía puede darnos a la hora de ayudar a estos pacientes. Pero insisto; es el médico experto en Homeopatía el que deberá valorar cada caso para poder indicar así de forma personal e individualizada el tratamiento más adecuado a cada persona.
Es muy importante destacar el valor de los medicamentos homeopáticos, por su seguridad, en el caso de tener que tratar a niños pequeños, incluso bebés, mujeres embarazadas y personas polimedicadas o con problemas renales o hepáticos añadidos. Además, si la causa de la disfagia es un efecto no deseado de algún medicamento, podrá valorarse la posibilidad de sustituirlo por un medicamento homeopático que cubra su indicación sin los efectos secundarios.
Además y como siempre, puedes compartir cualquier duda o experiencia que quieras aquí mismo, en nuestra sección de comentarios, debajo de cada post.
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