Envejecimiento y Homeopatía. 10 claves para envejecer saludablemente.

Envejecer es parte de la vida; todos envejecemos. Pero, a su vez, es algo que podemos transitar de maneras muy diferentes. En este post vamos a hablar de algunos aspectos del envejecimiento y de cómo la Homeopatía puede acompañarnos en este camino inherente a la vida.

¿Qué es el envejecimiento?

Según la OMS-WHO, “desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Estos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es más bien relativa. La diversidad que se aprecia en la vejez no es una cuestión de azar. Más allá de los cambios biológicos, el envejecimiento suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas”.

Nuestro cuerpo es una estructura viva en una dinámica constante de desgaste y renovación, en estado de degradación y reparación permanente. De manera que el envejecimiento comenzará cuando la acumulación de daños sobrepase la capacidad de reparación.

Durante el periodo de crecimiento y desarrollo esta dinámica es favorable a la renovación, de manera que la cantidad de células que nacen y se renuevan en el organismo es mayor que las que se desgastan y mueren, y así crecemos y fortalecemos nuestro organismo y nuestra capacidad de adaptación al medio.

A partir de un momento de nuestra vida esta relación se equilibra, de manera que, podríamos decir, las células y los tejidos de nuestro cuerpo se desgastan y se regeneran al mismo ritmo. Pero llega el momento en el que este equilibrio se rompe, esta vez a favor del desgaste, y comenzamos a entrar en el envejecimiento orgánico. Esto conllevará el paulatino deterioro de las funciones orgánicas y de la capacidad de adaptación al medio, hasta el momento en el que nuestro organismo no sea capaz de mantenerse vivo.

¿Cómo envejecemos las personas?

Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford dedicado al estudio del envejecimiento concluyó en un estudio publicado en la revista científica Nature Medicine que los primeros signos de envejecimiento comienzan a aparecer a partir de los 34 años. Pero, según este equipo de la Universidad de Stanford, el ritmo del envejecimiento no es estable y mantenido, sino que se produce en oleadas.

Así, sobre los 65 años vendrá un segundo impulso de envejecimiento, momento en el que comienzan a notarse de forma más clara las manifestaciones del deterioro físico y cognitivo; y una tercera ola de envejecimiento se daría a partir de los 75-80 años, momento en el que ya los órganos pueden comenzar a fallar.

Evidentemente esto no es matemático, pero, si se llegase a confirmar este estudio, sería muy interesante entender que el envejecimiento no se da de una forma progresiva, sino que tiene tres puntos de inflexión y saber esto podría ser muy importante a la hora de entender en qué momento de nuestra vida nos encontramos.

Además, estos científicos de la Universidad de Stanford, después de analizar a un grupo de 43 personas sanas con edades entre 34 y 68 años, han sido capaces de clasificar las diferentes maneras de envejecer que tenemos las personas. Y así, han identificado cuatro tipos de envejecimiento o «ageotypes»: la vía metabólica, inmune, hepática (hígado) y nefrótica (riñón).

Lo que vienen a explicar con esto es que cada persona, según su “ageotype”, estará predispuesta a desarrollar un tipo u otro de desequilibrio o enfermedad a lo largo de su proceso de envejecimiento. Esto es algo que en Homeopatía ya conocíamos bien y que tiene que ver con el concepto de terreno, tan importante para nosotros a la hora de establecer las diferentes estrategias de tratamiento para cada persona.

Así que, como ocurre en todos los procesos que tiene que ver con la vida, el envejecimiento es la resultante de la interacción de factores intrínsecos de cada persona con los hábitos de vida y el influjo del medio. Es decir; quienes somos y como vivimos.

Tipos de envejecimiento.

Envejecer es lo mejor que nos puede pasar en la vida; eso significa que seguimos vivos. Pero también es cierto que envejecer se puede hacer de diferentes maneras y no todas se acompañarán del mismo nivel de bienestar y disfrute.

Se ha hecho varias clasificaciones de las diferentes formas de envejecer. A mí me resulta especialmente cercana y sencilla de entender esta:

• Envejecimiento normal o fisiológico. Es cuando el paso del tiempo conlleva cambios biológicos, emocionales, mentales y sociales compatibles con la normalidad.

• Envejecimiento patológico. Cuando al paso del tiempo se le añade el daño que generan en la persona determinadas enfermedades.

• Envejecimiento óptimo. Es cuando durante el envejecimiento maximizamos la calidad de vida. Es una forma de envejecer que se conecta con el concepto de envejecimiento activo que, según la OMS, se define como “el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”.

10 consejos para envejecer sano y feliz.

1.Practicar ejercicio habitualmente.

Y no solo caminar y dar paseos; es muy importante trabajar la fuerza. Ya sabemos que mantener una musculatura fuerte y tonificada es un factor clave en el mantenimiento de la salud general del organismo. Os invito a que profundicéis en este aspecto en este post del Dr Alberto Sacristán: 10 razones para hacer ejercicio y 10 ejercicios que puedes hacer en casa. Atención que el post va con un vídeo en donde se explican los ejercicios.

2. Llevar una alimentación sana.

Esto es muy fácil; solo hay que evitar todo lo que sea industrial y refinado. Una alimentación basada en verduras, cereales integrales, frutas, legumbres, huevos y pescado, garantizará una nutrición perfecta, saludable y ligera para nuestros órganos eliminadores y metabolismo. Muy importante también contar con un aporte cotidiano de semillas y frutos secos, verdaderos tesoros nutricionales. Carnes rojas y lácteos (mejor ácidos, tipo yogur o kéfir) podrán consumirse con moderación. Y, por supuesto, evitar el tabaco, el alcohol y otros tóxicos.

Y una cosa tan importante como lo que comemos es cuánto comemos. Una alimentación frugal, lo que siempre se ha dicho de levantarse de la mesa con ganas de seguir comiendo, es la segunda clave para una alimentación generadora de salud y bienestar.

En este post, Homeopatía y alimentación. 10 claves para mantener nuestro organismo libre de toxinas, podréis encontrar más detalles al respecto

3. Mantener el contacto con la naturaleza.

El contacto habitual con la naturaleza mejora la esperanza de vida: Un análisis de la Universidad de Harvard demostró que la tasa de mortalidad se redujo un 12% entre mujeres que vivían cerca de entornos verdes frente a otras que no.

La verdad es que no hacen falta grandes estudios para saber que la Naturaleza es la fuente de salud más inconmensurable que tenemos. Amar, cuidar y disfrutar de la Madre Tierra es una de las fuentes de armonía más profundas. Lo que damos a la Tierra, ella nos lo devuelve.

4. Mantener la mente activa.

Como suele decirse: La mente es otro músculo y hay que entrenarlo. Algunos ejercicios que podemos hacer en este gimnasio mental pueden ser leer habitualmente, comenzar o retomar algunos estudios, hacer crucigramas o sudokus, participar en grupos de debate para charlar, reflexionar y compartir, ver películas que nos inspiren y cualquier otra cosa que mantenga nuestra mente activa y estimulada.

5. Cuidar las relaciones sociales y familiares.

Si tuviera que quedarme con alguna de todas estas recomendaciones, sin menospreciar al resto, sin duda esta sería mi elegida: rodearnos de una comunidad de Amor. Vivir queriendo y siendo queridos creo que supera cualquier otro bien de la vida, incluso la salud.

6. Tener ilusiones y ocupaciones.

Sentir que tenemos un propósito en la vida, despertar cada mañana con ilusión, es algo que nos conecta con la vida de una manera intensa y profunda.

7.Cuidar el descanso.

Hasta ahora estamos centrándonos en la actividad a diferentes niveles, pero hay que recordar que es igualmente importante cuidar el descanso. Un sueño nocturno reparador es fundamental para la recuperación de nuestra energía y la renovación de nuestro organismo. Sin olvidarnos de las siestas y las “cabezaditas” que pueden ser un gran complemento del descanso nocturno.

8.Revisar la medicación que se está tomando.

Según el catedrático de farmacología Joan Ramón Laporte “hay estudios que señalan que los fármacos son ya la tercera causa de muerte en países industrializados”. Sería siempre muy deseable sentarse cada tanto, tranquilamente, con nuestro médico para valorar qué verdadera necesidad hay en la toma de cada uno de los medicamentos que estemos consumiendo.

El Dr. Gaulberto Díaz desarrolla en este mismo blog este tema de una manera magistral y explica el papel de la Homeopatía en las situaciones de sobremedicalización. Os invito a leer su post No debes tomar más fármacos de los estrictamente necesarios: la importancia de la Homeopatía en situaciones de sobremedicalización.

9. Conectarnos con la belleza.

La vida es energía y frecuencias y depende con cuáles nos conectemos, así vibraremos. El arte en cualquiera de sus formas, especialmente la música, y la naturaleza son, sin duda, una fuente de profunda belleza y armonía.

Pero quizás la fuente de belleza más inagotable esté en nuestra mirada, en la forma que tengamos de mirar a los demás y a la vida. Cuando uno busca la belleza en todo lo que mira, siempre la encuentra.

10. Compartir y cuidar. Salir de nosotros mismos.

Compartir nuestro tiempo con los demás y ocuparnos de su bienestar, nos hace más felices y es bueno para la salud. Numerosas investigaciones confirman que el altruismo tiene efectos beneficiosos sobre la salud. Estos estudios señalan que hay una fuerte correlación entre ayudar a los demás, el bienestar, la felicidad, la salud y la longevidad. Ayudar a los demás tiene recompensa, para el cuerpo y para el alma. Y cuanto más desinterés personal, más beneficios obtienes. Así es la Vida.

Como decía Facundo Cabral: “Si los malos supieran que buen negocio es ser bueno, serían buenos, aunque sea por negocio”.

Existe una isla en Japón, Okinawa, famosa por la longevidad de sus habitantes y este precioso artículo creo que resume perfectamente cuál es su secreto:

“A veces en lo más sencillo radican las grandes respuestas: una alimentación sana, comer pequeñas cantidades, comer mucha fruta y verdura, tomar cada día unas tazas de té verde, hacer ejercicio y ser optimista, no complicarse demasiado la vida, una siesta, como transporte sus propios pies o la bicicleta, trabajos en los que tengan que usar un poquito de fuerza física y crear vínculos cercanos y sinceros con los vecinos”.

Cómo puede contribuir la homeopatía a envejecer saludablemente.

Los medicamentos homeopáticos tienen aspectos que sorprenden mucho cuando uno empieza a estudiarlos y a utilizarlos en su práctica médica. Sobre su seguridad y su eficacia ya hemos hablado, y seguiremos haciéndolo, muchas veces. Pero hay otro aspecto que quizás no sea tan conocido en general que es la capacidad preventiva que estos medicamentos pueden llegar a tener.

Esto tiene que ver con el efecto regulador que el medicamento homeopático ejerce sobre los tejidos, órganos, aparatos y sistemas de nuestro organismo. Esto se entiende muy bien cuando pensamos en como el medicamento homeopático ayuda a combatir una infección en el organismo, no atacando directamente a los gérmenes sino estimulando nuestras propias defensas para que sean ellas mismas las que acaben siendo capaces de vencer al invasor.

Pues bien, la Homeopatía no solo estimula nuestros recursos durante la enfermedad, sino que también puede mejorar y fortalecer las funciones y los órganos vitales de nuestro organismo para favorecer el mantenimiento de la vida y de la salud y, por lo tanto, ayudarnos a envejecer de la manera más equilibrada y armoniosa posible.

Así que vamos a ver qué cambios son esperables a medida que envejecemos y cómo la Homeopatía puede ayudarnos a recorrer ese camino d la mejor manera posible.

Aparato cardiovascular.

Con el paso del tiempo nuestros tejidos van perdiendo elasticidad, se hacen cada vez más rígidos, y esto tiene una repercusión especialmente significativa en nuestros vasos sanguíneos. Al hacerse cada vez más rígidos, el corazón necesita más esfuerzo para bombear la sangre a través de ellos. Todo ello aumenta el riesgo de sufrir hipertensión arterial y otros problemas cardiovasculares.

Medicamentos homeopáticos como CALCAREA CARBONICA, BARYTA CARBONICA, ARSENICUM IODATUM, PLUMBUM METALLICUM, CUPRUM ARSENICOSUM, LYCOPODIUM o CALCAREA FLUORICA se utilizan clásicamente para mejorar la elasticidad de nuestros vasos sanguíneos.

AURUM METALLICUM, ARNICA, RHUS TOXICODENDRON, CACTUS, DIGITALIS, CRATAEGUS o ARSENICUM ALBUM son solo algunos de los medicamentos homeopáticos que solemos usar para mejorar y fortalecer la función cardíaca.

SECALE CORNUTUM y CARBO VEGETABILIS pueden ayudar a mejorar la microcirculación y la oxigenación de los tejidos, algo fundamental en el proceso de envejecimiento.

El aparato locomotor.

Con los años los huesos tienden a perder densidad e incluso tamaño, con lo que se hacen más débiles y propensos a romperse. Los músculos generalmente pierden fuerza, resistencia y elasticidad, lo que suele acabar afectando a la coordinación, equilibrio y estabilidad, lo que aumenta el riesgo de caídas. Como ya comentábamos, una alimentación correcta y el ejercicio cotidiano, teniendo muy presentes los entrenamientos de fuerza, son la clave para mantener huesos, articulaciones y músculos sanos y en forma.

Todos los medicamentos que hemos citado para mantener la elasticidad de nuestro sistema circulatorio tendrán el mismo interés para mantener flexibles nuestros tendones, ligamentos y músculos.

CALCAREA CARBONICA, CALCAREA PHOSPHORICA, CALCAREA FLUORICA o SILICEA serán algunos de los medicamentos homeopáticos más usados para ayudar a mejorar la calidad y la densidad de nuestros huesos.

El aparato digestivo.

Los cambios propios de la edad más algunos factores añadidos, como la falta ejercicio, cambios en la alimentación, el uso de algunos medicamentos y ciertas dolencias, véase la diabetes, puede hacer que el estreñimiento aparezca con el paso de los años en personas que nunca antes habían tenido problemas con su tránsito intestinal.

OPIUM, ALUMINA, BRYONIA, NUX VOMICA, SEPIA, LYCOPODIUM, CAUSTICUM, PLUMBUM METALLICUM o AMMONIUM MURIATICUM serán algunos de los medicamentos más utilizados para ayudar con el estreñimiento.

Aparato genitourinario.

La pérdida de elasticidad también puede afectar a la vejiga urinaria. Además, es también normal que los músculos de la propia vejiga y del suelo pélvico pierda fuerza, al igual que les puede ocurrir a sus esfínteres. Esto suele conllevar la necesidad de orinar con más frecuencia y cierto grado de incontinencia urinaria. En este sentido, SEPIA, CAUSTICUM o ARGENTUM NITRICUM son algunos de los medicamentos que podemos utilizar para intentar mejorar y frenar la evolución de estos problemas tan molestos y condicionantes a la hora de llevar una vida cómoda y espontánea.

En los varones, a esto hay que añadir el crecimiento de la próstata (hiperplasia prostática) con los años que puede contribuir a aumentar todos estos síntomas tan molestos. LYCOPODIUM, BARYTA CARBONICA, SABAL SERRULATA, CONIUM MACULATUM o THUJA son medicamentos clásicos a la hora de cuidar de la salud prostática.

Con los años la sexualidad también cambia. Es normal que el deseo disminuya su fuerza y que las relaciones sexuales se vivan de otra manera, desde otro lugar. Pero, además, es también frecuente que pueda aparecer cierto grado de sequedad vaginal en las mujeres o impotencia en los varones. SEPIA, AGNUS CASTUS, PLATINA, PICRICUM ACIDUM o LYCOPODIUM son algunos de los medicamentos homeopáticos que podrán ayudarnos a vivir nuestra sexualidad con plenitud a lo largo de nuestra vida.

Aspectos cognitivos y emocionales.

Igual que los músculos pierden fuerza y capacidades, nuestro cerebro también va haciéndolo con el paso de los años. Es normal y hay que asumirlo. Pero es cierto que, en ocasiones, sin llegar a hablar de enfermedades concretas como el Alzheimer o la demencia, este deterioro puede ocasionar serias limitaciones en el día a día.

THUJA, BARYTA CARBONICA, PHOSPHORUS, GRAPHITES o KALIUM PHOSPHORICUM podrían ayudarnos en estas situaciones a mejorar y a activar nuestras funciones cerebrales.

El deterioro físico, la pérdida de seres cercanos y el sentir que cada vez estamos más cerca del final es razonable que pueda afectar al estado de ánimo de muchas personas. Aquí podremos contar con medicamentos como SEPIA, PHOSPHORICUM ACIDUM, LYCOPODIUM, AURUM METALLICUM, IGNATIA, ANACARDIUM, SELENIUM o PICRICUM ACIDUM, entre otros, para intentar superar estos momentos de desfallecimiento emocional y recuperar la ilusión y el impulso de vivir.

El sueño.

Cierto grado de insomnio o, sencillamente, la sensación de que la calidad del sueño se va deteriorando, suele ser una de las alteraciones más asociadas al envejecimiento.

En estas situaciones pensaremos en medicamentos como COFFEA, IGNATIA, GELSEMIUM, NUX VOMICA, ACONITUM, ARSENICUM ALBUM, OPIUM, KALIUM PHOSPHORICUM o PHOSPHORICUM ACIDUM.

El peso.

Con los años el cuerpo tiende a quemar menos; eso que suele decirse de que “me ha bajado el metabolismo”. Si a esto se le suma que tendemos a comer lo mismo y que solemos también bajar la intensidad del ejercicio físico, pues el resultado suele ser que el peso aumenta. Y, en las mujeres, hay que añadir el efecto a este nivel que los cambios hormonales de la menopausia pueden producir en muchas de ellas.

No todas las personas van a aumentar su peso con los años; dependerá de sus hábitos, pero también de su terreno, de su tendencia fisiológica. En estas personas con “tendencia a acumular”, pueden resultar muy interesantes medicamentos homeopáticos como THUJA, CALCAREA CARBONICA, NATRUM SULFURICUM o GRAPHITES.

La piel.

Además de la pérdida de elasticidad e hidratación, con todo lo que conlleva en el aspecto y resistencia de nuestra piel, también es frecuente que, a algunas personas, sobre todo mujeres, con el paso del tiempo aparezcan distintos tipos de verrugas diseminadas por todo el cuerpo.

En estas situaciones puede ser muy interesante contar con medicamentos homeopáticos como THUJA, MEDORRHINUM, CAUSTICUM, NATRUM SULFURICUM, GRAPHITES, NITRICUM ACIDUM, ANTIMONIUM CRUDUM o DULCAMARA.

Como vemos, la Homeopatía puede ser un aliado de incalculable valor para afrontar el paso del tiempo por su versatilidad, eficacia y seguridad. Siempre sin olvidar que lo que marcará la calidad de nuestra vida a lo largo de todo su devenir será nuestros hábitos y nuestra actitud ante ella.

Y, sobre todo, recordemos siempre que el Amor es la gran medicina.