¿Cómo puede ayudar la homeopatía a entender y tratar la anorexia?
¿Qué tienen en común Angelina Jolie, Kate Moos, Victoria Beckham, Lady Gaga, Magdalena de Suecia… y tantas otras? Pues, entre otras cosas, el haber padecido uno de los trastornos psicológicos más serios como es el TCA (trastorno de conducta alimentario) y, entre ellos, el más grave de todos, la anorexia nerviosa.
Vamos a ver en este post en qué consiste la anorexia, cómo reconocerla, cuáles son sus síntomas, su historia y la manera cómo la homeopatía puede ayudar en su tratamiento.
¿Qué es la anorexia?
El término anorexia viene del griego “inapetencia” o “falta de deseo”.
Según la OMS, la anorexia es un trastorno de la alimentación caracterizado por un temor intenso de aumentar de peso, un rechazo a mantener un peso normal y una imagen del cuerpo distorsionada.
Así pues, anoréxico es alguien con peso por debajo del 85 % del esperado según la edad, la estatura y/o el índice de masa corporal (IMC)
En realidad, este no es un trastorno de conducta alimentario sino que es un trastorno que involucra a todo el individuo en su globalidad, tanto consigo mismo como con el mundo.
Quien sufre este trastorno tiene un miedo intenso a aumentar de peso aun cuando este sea menor del normal para su edad y estatura.
Este miedo está en el inicio de la afección. La chica, (como veremos la amplia mayoría son mujeres) empieza a restringir la ingesta de comida y como baja de peso sigue manteniendo la restricción. Hay siempre un exceso de control, un deseo de controlarlo todo. Suelen ser chicas, mujeres, obsesionadas con la perfección.
Es muy importante subrayar esta percepción deformada que tienen de sí mismas y que hace que, aun estando extremadamente delgadas, se vean gordas, lo cual les puede generar ansiedad y depresión.
Hay que tener esto muy presente para entender bien la afección y, también, para saber que no se puede hablar de curación hasta que esta percepción haya cambiado.
Epidemiología de la anorexia
La prevalencia de los TCA se ha duplicado en los últimos 20 años y se estima que se acerca al 9% de la población mundial, o sea unos 70 millones de personas.
En Europa, se estima que afecta al 1-4% de la población. Hay muchas diferencias entre continentes y países.
Lo que sí queda claro es que afecta sobre todo a mujeres representando 9 de cada 10 casos aunque la incidencia en varones está aumentando en los últimos años.
La edad de inicio está entre los 12 -25 años siendo el momento más crítico entre los 15 y los 19 años.
Mencionemos ahora, dos datos capitales sobre esta afección:
- Es un trastorno relacionado con el bienestar y se da, sobre todo,
en los países industrializados. No existe, pues, en los países más pobres de África, Asia o Latinoamérica.
- La anorexia es la enfermedad mental con mayor tasa de mortalidad de cualquier enfermedad psiquiátrica En efecto, aparte de las comorbilidades asociadas a la malnutrición severa, hay que señalar que una causa importante de mortalidad es el suicidio: hasta 20% de pacientes con anorexia lo intentan y una de cada 5 muertes en estas pacientes es por suicidio
Durante la pandemia, los TCA aumentaron más de un 200% y esto ha hecho que los TCA se hayan convertido en la primera causa de muerte en el ámbito de la salud mental.
¿Cuál es la historia de la anorexia?
Aunque parezca una afección de tiempos recientes, en realidad ya se conocían casos en el período helénico de la Grecia clásica, principalmente por motivos religiosos.
En la Edad Media se veía la anorexia como una meta espiritual o de ascesis, una búsqueda de la pureza mediante la mortificación del cuerpo, virginidad o ausencia de sexualidad y donde el alimento se ve como algo impuro. Por ello se hablaba de la “santa anorexia”, (anorexia mirabilis, anorexia milagrosa o maravillosa) De hecho muchas anoréxicas de aquel tiempo fueron santas. Tal es el caso de Santa Catalina de Siena, Santa Rosa de Lima, Sor Juana Inés de la Cruz, o, muy probablemente, Santa Teresa de Jesús o Santa Juana de Arco.
Más tarde, hacia 1689 el Dr. Richard Morton habló, sobre el caso de una paciente, de “consunción nerviosa”. Después se relaciona con la histeria o, el mismo Freud, con la melancolía, con disminución o ausencia de libido o con pulsiones masoquistas.
A partir del siglo XX se cataloga como patología mental con tratamientos como lobectomías, terapia electroconvulsiva, etc. hasta los tratamientos antidepresivos , hormonales o psicológicos teniendo en cuenta la influencia familiar y social.
¿Cuáles son las causas de la anorexia?
Para ser claros y no andarnos con hipótesis cambiantes, diremos que, como pasa tantas veces en medicina, las causas son desconocidas y, en todo caso, se invocan los factores de siempre, biológicos y genéticos, predisposición personal, familiares y socioculturales.
¿Cuáles son los síntomas de la anorexia?
Los principales síntomas son los siguientes:
- Delgadez voluntaria que puede llegar a ser extrema
- Miedo a aumentar de peso aún estando delgada para su constitución y edad.
- Imagen corporal distorsionada, preocupación extrema por el peso y la apariencia física, negándose a admitir la gravedad de sus condiciones fisiológicas
- Puede haber síntomas asociados tales como astenia, sensación de frío, piel seca, estreñimiento…
- También pueden existir mareos, alopecia, irritabilidad, depresión, anhedonia(incapacidad para experimentar placer o pérdida de interés por cualquier actividad), disminución de la concentración y la memoria, pérdida de relaciones, obsesión por el ejercicio, etc.
¿Qué aporta la Terapia Breve a la comprensión de la anorexia?
Una primera división de la anorexia sería entre anorexia juvenil y adulta, con abordajes diferentes. Por otro lado, hay diferentes variantes anoréxicas: la que prima el ejercicio obsesivo, con atracones, la que se acompaña de vómito, la que utiliza laxantes u otros fármacos, etc. Además, es un trastorno, como pasa en la mayoría de las afecciones psicológicas, que va evolucionando con el tiempo y la sociedad y ya no es lo mismo la anorexia actual que la de los años ochenta o noventa (o más antigua).
Aunque este no sea un post de psicología, me parece muy trascendente la lectura que hacemos desde la terapia breve porque, en mi experiencia personal, me ha permitido comprender mucho mejor a estas pacientes y por ello lo menciono aquí.
La primera vez que lo oí, como tantas veces en esta terapia, me pareció chocante y sorprendente pero, con el tiempo, cuando lo fui reflexionando, pensé que esta era una de las claves del problema y cambié totalmente el entendimiento que tenía hasta entonces de este grave problema.
La cuestión es que el principio básico de la mayor parte de casos de anorexia, esto es, la restricción o abstinencia de alimento incluso acompañada de vómitos (algo en principio más bien repugnante para este tipo de pacientes) está basada en el placer.
No sé si tengo que dejar pasar unos momentos para sacar al lector de su sorpresa pero ahora cobra sentido todo lo dicho sobre la anorexia en el periodo antiguo y en la Edad Media, aunque el contexto actual sea muy diferente y no exista tanto aquella finalidad religiosa. En efecto, cuando la restricción calórica llega a un determinado límite se entra en un estado alterado de conciencia en donde se producen determinadas sensaciones psicofísicas “adictivas” y donde se da una especie de sedación con disminución o ausencia del dolor. Y el vómito, repetido, también se convierte en algo placentero. De hecho, muchas esperan con afán ese momento y se lo provocan con diferentes y originales utensilios.
Recordemos, además, que, como en la Edad Media, la abstinencia es un camino ascético que hace a las personas especiales, es una restricción de la comida pero no solo eso sino, también, de las “prosaicas” realidades mundanas.
Y las chicas anoréxicas están obsesionadas con la perfección, el deseo de controlarlo todo, y sentirse por encima, elevadas, puras y con un prototipo estético muy particular.
Cualquiera que haya ayunado un tiempo sabe de estas sensaciones. A los pocos días de empezar un ayuno uno empieza a sentir una ligereza física y mental, una especie de liberación de las ataduras “mundanas”, de la comida, sus horarios… una liviandad general que se va haciendo cada vez más agradable (al menos esa es mi experiencia).
Si ahora añadimos a eso una determinada caracterología con ese deseo de control y perfección y de ser especial y un determinado entorno familiar, más la presión social sobre la imagen (sobre todo femenina) en unos años (la adolescencia) de construcción de la identidad corporal y sexual, tenemos el cóctel perfecto para producir una anoréxica.
Por supuesto que, cada caso tendrá sus particulares circunstancias sociales y culturales que matizan este abordaje.
Si entendemos esto, entenderemos, como a mi me pasó, por qué a una anoréxica no se le debe insistir en comer, ni a reñir porque no coma. Y entenderemos, también, que la curación no llega cuando se recupera el peso, sino cuando se recupera la dinámica relacional perdida y el cambio de percepción consigo misma de la paciente.
¿Cuál es el tratamiento de la anorexia?
En cuanto al farmacológico, hay que decir que se han utilizado con poco éxito medicamentos como risperidona, olanzapina, antidepresivos, etc.
Sí que hay que mencionar que en ciertos casos en los que la vida de la paciente corre peligro, puede ser necesaria la hospitalización incluso en contra de la voluntad de la paciente. Esto puede pasar cuando hay una pérdida de peso mayor al 30% del corporal ideal respecto a su edad, complexión y talla. Y es que en esta situación pueden surgir complicaciones médicas graves como insuficiencia cardiaca, alteraciones de electrolitos graves, depresión o intento de suicidio.
En todo caso, el tratamiento debe ser principalmente psicológico.
¿Cómo puede ayudar la homeopatía en el tratamiento de la anorexia?
En afecciones como la anorexia que, como decíamos, es la más grave de los trastornos alimentarios es necesario, imprescindible diría yo, personalizar cada caso tal como hace la homeopatía.
A veces, podemos encontrar algunas listas de medicamentos homeopáticos de uso más frecuente para esta afección, pero la verdad es que yo no les haría mucho caso.
Aquí es ineludible ver la situación de la paciente, su manera de vivir la enfermedad y sus síntomas tanto físicos como emocionales.
Así que no hay recetas fáciles. Hay que buscar con meticulosidad y pericia el medicamento más apropiado para cada caso, siempre acompañado de terapia psicológica.
Por último comentar que ya hemos hablado siempre de la importancia de crear un clima de confianza y complicidad con los pacientes en la consulta pero, en este caso, es imprescindible. Si la paciente no se siente entendida, ya en la primera sesión, seguramente la más importante, después de su peregrinaje por tantos médicos, psicólogos y demás especialistas es muy difícil que se preste a colaborar. Y su colaboración, no tengamos duda, es uno de los recursos más importantes que tenemos.
Personalizar, pues, el tratamiento, de modo riguroso, tanto psicológico como homeopático y saber crear esa atmósfera será la mejor manera para poder ayudar a estas pacientes.
Espero que os haya sido útil este recorrido por esta afección tan actual y ardua y contestaré gustoso los comentarios que puedan surgir.
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Fantastica descripcio!!
Gracias Pilar!
Un fuerte abrazo
Gonzalo.me atrevería a incluir en tu post.una BUENA REPERTORIZACION.sinonimo de la Personalización que citas.para reafirmar buenos conceptos a las jóvenes generaciones.cordial abrazo
Hola René,
perfecto por mi, puedes añadirla según tu criterio si te parece. Aunque no debemos olvidar que este es un blog divulgativo y, quizás, hablar de repertorizaciones es demasiado técnico.
Un abrazo!