Atmósferas

Yo creo que las personas, como individuos, y la humanidad, como colectivo, vivimos envueltos por dos grandes atmósferas. Una de ellas es la atmósfera física que nos rodea con todos sus átomos, moléculas y diferentes elementos y sustancias en suspensión. Ese aire que respiramos y con el que nos vinculamos. Entra en nosotros y deja parte de él para salir después con algo nuestro. Tanto él como nosotros somos algo diferentes después de la interacción, cada uno deja en el otro parte de sí mismo. Somos dos y uno a la vez.

La otra atmósfera no la podemos pesar ni medir. No conocemos que tenga ninguna partícula ni que esté formada por ningún tipo de materia. Pero también la “respiramos”, la “mascamos”, la “palpamos”…la sentimos. Y esa es la atmósfera emocional.

Son dos realidades que nos envuelven, que nos alimentan y que, a la vez, nosotros alimentamos. Cuando respiramos devolvemos a la atmósfera ese aire que ha entrado en nosotros pero ya transformado, y ese aire que sale de nosotros transforma la atmósfera. Y cuando pensamos y sentimos ocurre lo mismo, interactuo con el medio. El medio influye en mí a la vez que yo también lo modifico.

Todos aceptamos que para que el aire que respiramos sea saludable ha de ser lo más puro posible, libre de tóxicos y contaminantes. Y el aire emocional, ¿no ha de ser igualmente puro para que sea saludable?.

Emociones y pensamientos como la cólera, la envidia, la rabia, la codicia, la venganza, el miedo, el odio, son los tóxicos que envenenan este aire y nos enferman. La alegría, la generosidad, la paciencia, la compasión, el amor, serán los regeneradores y los purificadores de nuestra atmósfera emocional y las fuentes de nuestra salud.

La Homeopatía conoce muy bien todo esto y por eso tenemos medicamentos que son capaces de actuar en aquellos problemas de salud que tienen que ver con la mala gestión de nuestros pensamientos y emociones. En esos problemas de salud que se originan o que se agravan después de una violenta discusión, de sentirnos humillados, de guardar nuestra rabia, de un susto imprevisto o de un miedo mantenido en el tiempo. Todo aquello que contamina nuestra atmósfera emocional contribuye a generar enfermedad, igual que todo aquello que contamine el aire que respiramos.

Si cultivamos pensamientos y sentimientos armoniosos, bondadosos, luminosos, fraternos, cálidos, solidarios, nuestra atmósfera emocional será cristalina y esa armonía se reflejará en nuestro cuerpo.

La Homeopatía conoce y valora el poder de nuestros pensamientos y sentimientos.

La Homeopatía conoce y valora el poder de lo intangible.