Alergia al agua

Resulta difícil imaginar cómo una persona puede experimentar erupciones cutáneas por contacto con el agua cuando esta sustancia es el principal componente del cuerpo humano, ocupando más de dos terceras partes de su peso y sin la cual moriría en pocos días.

Me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre este tema, no tanto por su gravedad – en muy raros casos – como por la molestia que supone para la vida cotidiana o el ocio ahora que todos buscamos la playa o la piscina para paliar el calor. Me refiero a los fenómenos urticariales, de sarpullido o de prurito cutáneo que padecen algunas personas al entrar en contacto con el agua (de mar o “dulce”).  Para ello nada mejor que hacer referencia a situaciones clínicas concretas que acuden a la consulta desesperados por la falta de soluciones convencionales.

Para empezar un clásico. No es difícil tener a nuestro alrededor algún conocido  que tras la ducha presenta un molesto prurito cutáneo unas veces acompañado de una erupción fugaz y en otras ocasiones sin ella y que sobre todo se presenta cuando el baño se realiza con agua caliente. Tradicionalmente, este molesto problema se ha relacionado con la dureza del agua, con el gel de baño, la fricción de la toalla al secarse, etc. Lo cierto es que el cambio de gel de baño o poner un filtro para el agua doméstica no acaban de solucionar el problema.

Segundo ejemplo. En alguna ocasión el padre o la madre de alguno de los niños a los que atiendo me comenta la dificultad de bañarse en la playa ya que el simple contacto con el agua del mar le produce una urticaria que se lo impide. Qué curioso, en este caso se trata de agua fría. Se culpa entonces a la sal del agua marina, a los protectores solares, etc.

Supongo y no me cabe duda, que estos pacientes se preguntaran en algún momento:

• ¿Por qué me pasa esto a mí y a otras personas no?
• ¿Por qué mi médico de familia o dermatólogo no investigan la causa de mi enfermedad?
• ¿Por qué los médicos parecen no escucharme cuando les cuento mi problema y sólo me recomiendan que cambie de gel, que me duche con agua templada, que realice un acostumbramiento progresivo al agua de mar o tome previamente un antihistamínico? ¡¡¡Y nada de esto me sirve!!!

Se me ocurre que, como sucede con otros problemas de salud que no podemos solucionar con medios convencionales, los médicos nos volvemos con el tiempo un poco duros de oído. Clásicamente poco hemos podido hacer por estos pacientes.

Pues bien, estos problemas de salud no tienen mayor complejidad para un médico homeópata que tenga en cuenta lo que llamamos en homeopatía el “modo reaccional” o el “tipo sensible” con el que pondrá en valor y me permito expresarlo así, la idiosincrasia de su paciente. Medicamentos como Dulcamara, Carboneum sulfuratum, Sulfur u otros vendrán a solucionar el problema en un no muy largo espacio de tiempo.

Si yo fuera un médico terapeuta convencional en exclusiva, me quedaría muy sorprendió al saber que ese paciente que siempre se me quejaba de una urticaria/dermatitis acuagénica ha solucionado su problema recurriendo a medicamentos homeopáticos prescritos por un colega médico. Buscaría información y me interesaría en saber cómo ha sido posible revertir esa situación en vez de criticarla desde el desconocimiento o achacarlo a la casualidad sin mirar lo feliz que se encuentra el paciente tras liberarse de sus molestos síntomas.

A ese compañero médico le diría que la homeopatía no es charlatanería, placebo o sugestión, es ciencia. Nada le va privar de seguir utilizando los medicamentos convencionales que usted y yo tan bien conocemos, utilizamos y que nos dan grandes satisfacciones clínicas, pero por favor, tenga un criterio científico más abierto, miles de médicos en todo el mundo ya lo hemos hecho y no por ello hemos renegado de los planteamientos clásicos de la medicina ni hemos dejado de practicar una medicina científica. Sus pacientes seguro que agradecerán que se les tenga en cuenta un poco más a ellos y sus opiniones y un poco menos a sus enfermedades de manera anónima.

Si te ha gustado ¡compártelo!