Cuando bajas la montaña
No quiero que me alabes por las obras que en mí son naturales; y más, que la alabanza tanto es buena cuanto es bueno el que la dice, y tanto es mala cuanto es vicioso y malo el que alaba; que si la alabanza es premio de la virtud, si el que alaba es virtuoso es alabanza, y si vicioso, vituperio.
Miguel de Cervantes
En este mes de mayo tan diferente a todos los mayos vividos la palabra más escuchada ha sido desescalada, un término que nace de la jerga política y que la Real Academia de la Lengua ha tenido que aceptar a pesar de su poco atractiva fonética y su anglicismo manifiesto e innecesario ya que existen excelentes opciones para explicar la situación como son reducción, disminución, rebaja o descenso.
Hay descensos famosos como el del halcón peregrino a más de 320 km/hora, el de los esquiadores en su slalom que todos hemos visto los primeros días de cada año en la televisión, el de los alpinistas y montañeros de raza, el de los palistas en el río Sella o el de los equipos de fútbol al final de temporada, pero también descienden a veces los precios y casi siempre la popularidad o la credibilidad de los políticos. Y yo, como médico y ciudadano esperaría, que en esta pandemia bajara la de todos ellos.
¿Cómo hemos llegado a donde estamos?
Aunque es muy difícil explicar las diferencias de la pandemia en cada país y región porque en cada lugar existen un conglomerado de factores, podemos pensar en algunos de los principales desde el punto de vista de un sanitario como son la falta de previsión de los políticos, el retraso en el confinamiento y la permisividad de reuniones masivas de personas cuando la Organización Mundial de la Salud había alertado del problema dos meses antes y la falta de recursos sanitarios tanto en hospitales como en Atención Primaria y en Salud Pública fruto de años de austeridad injustificada por parte de todos los partidos en los presupuestos destinados a sanidad, así como la improvisación que es un defecto tan común a todos nosotros.
La densidad de población, el turismo, el comercio, los eventos deportivos y las costumbres pueden también haber influido en las diferencias entre países y regiones afectando más a grandes ciudades y a los países mediterráneos como Italia o España, más propensos al contacto físico cercano, aparte de los antes citados factores achacables a una más apropiada toma de decisiones.
Ya sabemos lo que ha funcionado1. Y lo que no. Tomemos nota porque dicen que rectificar es de sabios.
El descenso de la mortalidad y morbilidad de la enfermedad es, a mi juicio, fruto de un esfuerzo enorme de los ciudadanos a título individual y a colectivos como los sanitarios y otras profesiones relacionados con los cuidados.
A pesar de que las instrucciones cambiaban casi cada día desde mediados de marzo, del caos y la confusión que los propios gestores de la crisis transmitían a los profesionales y de los escasos recursos materiales y humanos que han condicionado una morbilidad y mortalidad por el virus COVID-19 entre los profesionales sanitarios2 más elevadas que en cualquier otro país del mundo, el esfuerzo y la unión han conseguido sus frutos, disminuyendo progresivamente los efectos devastadores de la pandemia.
Resultados conseguidos con el trabajo a pesar del miedo, de la incomprensión de los despachos y la desprotección. Resultados en medio del luto por nuestros compañeros, conciudadanos y por las pérdidas individuales y colectivas que estamos viviendo desde las salas de los hospitales, domicilios y centros de salud. Los sanitarios, en medio de esta vorágine desenfrenada de “necesidad” de cañas y playa seguimos de luto y no somos los únicos.
No necesitamos por tanto, ni queremos que los responsables de la crisis nos aplaudan ni nos pongan medallas. Nos basta con el afecto sentido y el calor de los ciudadanos y pacientes. Lo que queremos son recursos para afrontar con garantías lo que viene y lo que puede venir en el otoño e invierno próximos.
Lo repetiremos desde todas las plataformas posibles. Desde nuestros centros de trabajo, organizaciones y colegios profesionales, sociedades científicas y sindicatos.
Gritaremos hasta quedarnos roncos en una nueva marea blanca, una revolución necesaria, imprescindible y preñada de ética ciudadana y profesional, aunque a algunos les parezca que la Atención Primaria no es necesaria3,4,5 y que no tenemos ningún papel relevante que jugar a partir de ahora o no lo hemos tenido nunca.
Quizás es que no se han enterado de que tener siempre el mismo médico de familia alarga la vida6 y que la Atención Primaria es la piedra angular de cualquier sistema sanitario.
Si no aparecen la responsabilidad y el sentido común, tendremos que aportarlo nosotros. NECESITAMOS RECURSOS materiales y humanos.
https://twitter.com/mlalanda/status/1264583388821848064/photo/1
Ojalá supierais lo que hemos visto, lo que hemos sufrido durante estos dos meses. No os podéis hacer idea del dolor tan inmenso que siento al ver las imágenes en las que os da todo igual.
Sweet Nurse Onco7
Los que quieren descender a toda costa
Llegados a un punto, en el que se produce un cierto alivio y optimismo entre la población, la preocupación de los sanitarios en general, especialmente en aquellos que han tenido la experiencia de perder a sus familias o amigos y de los que han enfermado por el virus, sigue intacta porque antes de tomar medidas de carácter político, económico y social, debería considerarse el riesgo de un nuevo brote que nos sitúe en el punto de partida y hablemos entonces de escalada.
Creo que es difícil expresar mejor de lo que lo hace esta enfermera7 la preocupación mezclada con cierta dosis de indignación que sentimos los sanitarios y que comparten muchos ciudadanos.
Preocupaciones como riscos, aludes y neveros que influyen en la dificultad del descenso porque, como todo buen montañero conoce por experiencia en la montaña, el mayor peligro está en el descenso. E imagino esos obstáculos naturales en cada una de mis preocupaciones.
Me preocupan las calles llenas de gente que no lleva mascarillas ni guarda la distancia de seguridad. Me preocupan los adolescentes, los jóvenes8 que quedan en las calles cuando no está permitido, los insaciables de deporte (algunos de los cuales no lo habían practicado antes del confinamiento), los que dicen que no pueden más y los que siempre hacen lo que les da la gana. Me preocupan los que mueven los trapos de colores; rojos, azules, morados, marrones, naranjas, verdes o amarillos como si fuera lo más importante del mundo. Los taimados, los ignorantes, los egoístas, los orgullosos, los incapaces de reconocer sus errores, los que están convencidos de que el único río del mundo es el de su pueblo.
La ira, según se dice, es una revolución de la sangre que está cerca del corazón, la cual se altera en el pecho con la vista del objeto que agravia.
Miguel de Cervantes
Y también me preocupan actitudes de ciudadanos y políticos que parecen actuar más en defensa de sus intereses que en los del colectivo. Son los aludes actuales y creo que suponen en su extremo riesgo para el descenso el problema más grave que podemos tener como sociedad; no pensar en las consecuencias de nuestros actos y colaborar en la siembra de algo mucho más contagioso y dañino que el virus9: el odio.
Muchos hablan en nombre de la patria, enarbolan banderas y otros símbolos que lucen como si en El Corte Inglés les hubieran dado la exclusividad, como si fuera su patrimonio.
No podemos olvidar al español más ilustre y patriota de todos los tiempos, Don Santiago Ramón y Cajal, cuando nos decía que la diferencia entre los ciudadanos anglosajones y nosotros es que ellos trabajan para mejorar su estado mientras nosotros esperamos que el estado trabaje por y para nosotros. Leamos a Galdós, el escritor que mejor describe a estos ciudadanos españoles y podremos poner nombres y apellidos a algunos conocidos y a una multitud de políticos.
Yo soy de aquellos que piensan como el poeta, que la única patria del hombre es su infancia y por ello solo puedo reconocer en mi abuelo el valor moral en el que abrigarme para intentar (no sin esfuerzo) hacer las cosas lo mejor posible y seguir su máxima de pensar en los demás.
Y en cualquier caso, si hubiera que buscar un proyecto o territorio común, solo puedo reconocer el de la historia emocional que llevamos compartiendo siglos.
El privilegio de sentir como propios la catedral de Burgos, la mezquita de Córdoba, la sinagoga del Tránsito, la Alhambra, la playa de la Concha, el Teide, las llanuras manchegas, los olivares jienenses, la dehesa extremeña, el Quijote, Lope, San Juan de la Cruz, Lorca, Albéniz, Sorolla, Falla, Velázquez, Goya, Unamuno, Baroja, el pescadito frito, el salmorejo, el cocido madrileño, el jamón de bellota, una caña bien tirada y fresquita, la partida de cartas después de comer, las tertulias de café, Gaudí, Machado, el románico palentino, el lince ibérico, Félix Rodríguez de la Fuente, las ruinas de Ampurias, el Pórtico de la Gloria o incluso el gol de Iniesta, por poner algunos ejemplos.
Ese es el tipo de patriotismo que puede tener un fin y un valor intrínseco, el de una aventura común en beneficio de todos basado en el respeto y la tolerancia.
Patriotismo es cualquier forma honesta y desinteresada de homenaje a las víctimas de esta pandemia como la reciente portada del New York Times10 con los nombres de los fallecidos o la interpretación de las suites para violonchelo de Bach por Yo-Yo Ma11,12 el pasado 24 de mayo. Pero sobre todo, son muestras de patriotismo la multitud de iniciativas vecinales y anónimas en cada rincón de España para ayudar a los que carecen de lo más necesario aunque no sea portada de periódico, no tenga miles de visitas en las redes sociales ni se visualice jamás en YouTube. Porque, no lo olvidemos, las víctimas no son solo los muertos. También los que se han quedado sin familia, sin trabajo, sin recursos, la multitud de seres humanos de este país que tienen el corazón roto.
Evitemos por favor el descuido como forma de vida, el desinterés por el prójimo, y guardemos estandartes y banderas porque corren tiempos de respeto.
Es la hora del silencio, de la reflexión, de mirar hacia nuestro interior viajando a ese lugar tan lejano y desconocido llamado nosotros mismos en busca de lo mejor que podemos ofrecernos y ofertar a los demás.
Los horizontes no están en las playas ni en los bares, no deberían ser nuestros objetivos los chiringuitos y discotecas sino los corazones unidos en una aventura colectiva de reparación que cierre tantos duelos y quebrantos, los que tanto sentimos y los que nos circundan.
El que ha de ser consejero requiere tres cualidades, la primera autoridad, la segunda prudencia; y la tercera; ser llamado.
Miguel de Cervantes
El que habla de fechas no sabe de virus
Antes de poder tomar decisiones políticas en una situación de pandemia hay que tener en cuenta la opinión de los técnicos, de aquellos profesionales que conocen la ciencia de la epidemiología13 y de los clínicos que han tenido la oportunidad y experiencia de estar al lado de la desgracia. Esos deberían ser los llamados. Y no los expulsados14.
Es imprescindible disponer de datos para planificar la estrategia más apropiada en la toma de decisiones con ciencia y conciencia y en estos momentos los datos más importantes y las necesidades más apremiantes son:
- Conocer la seroprevalencia15,16 que nos ayudará desde el punto del porcentaje de personas susceptibles al virus en cada comunidad y por lo tanto, el riesgo mayor o menor de un nuevo brote.
- Conocer el número de nuevos casos y el estudio de contactos que permita el aislamiento selectivo y eficaz de los enfermos y de los asintomáticos que pueden transmitir la enfermedad. En este trabajo están implicadas las Comunidades Autónomas17 y los servicios de Salud Pública que precisan recursos, muchos recursos, porque han estado abandonados.
- Para llevarlo a cabo necesitamos que de modo inmediato se formen y contraten personas que hagan el seguimiento de los contactos ya que es preciso que se pueda aislar a todos los contactos en menos de 24 horas de realizado el diagnóstico del nuevo caso.
Es imprescindible, como en aquellos tiempos tan difíciles del SIDA considerar como potencialmente contagiosa a cualquier persona de la calle y por ello, es necesario guardar la distancia de seguridad y llevar mascarilla en la calle y en los comercios y no bajar la guardia por muy cercanas que sean las personas con las que deseamos estar. La experiencia nos ha enseñado que muchos de los que han enfermado y fallecido fueron contagiados por personas asintomáticas. El slogan de estos días debía volver a ser Póntela, pónsela.
Este proceso de testar, localizar, aislar, seguir, apoyar e integrar que va a ser costoso y complejo, es el único modo de poder llevar a cabo una toma de decisiones18 con respecto al descenso basado en la lógica, el sentido común y la ciencia de la epidemiología.
Por ello, hoy en día, quizás solo debemos considerar a los epidemiólogos competentes e independientes como buenos consejeros.
Y a la Atención Primaria como la base de nuestro sistema sanitario en tiempos de crisis4 y siempre. Porque la aparición de un nuevo brote del virus COVID-19 en otoño e invierno es más que previsible y solo desde una organización socio sanitaria fuerte y una Atención Primaria sólida será más fácil el diagnóstico, aislamiento y detección de contactos y el tratamiento de los casos.
Sabemos que la atención a las personas ancianas que viven en residencias, el seguimiento de contactos, la atención a los pacientes con secuelas del virus, los problemas de salud mental y los sociales derivados de la crisis económica llenarán de consultas, de llamadas y de necesidades a los profesionales de una Atención Primaria que aún no se han recuperado de sus heridas19 y que precisa ser cuidada por los gobernantes como el conjunto del sistema sanitario público20 en todo lugar.
Mientras tanto, entre el caos, las dificultades y nuestro propio dolor e indignación es posible que seamos capaces de crear. Crear desde cada uno de nosotros, con nuestro propio cuidado y desde nuestra sensibilidad ética y estética para prestar una atención auténtica. Personalizada porque nuestra labor es un arte (cada encuentro clínico es único como lo es un poema o una sinfonía) que se apoya en la técnica y el conocimiento científico.
Y en cada encuentro clínico estar preparados para prestar una atención cuidadosa21 a través de la escucha y el afecto como hilos que ayuden a recomponer tantos corazones rotos al modo de los kintsukuroi japoneses21-23 que hacen de una vasija rota reparada con hilos de plata y oro un objeto nuevo y más valioso.
Así como en cada pieza de cerámica torneada con las manos hay múltiples posibilidades de belleza en cada historia de dolor se vislumbran horizontes de aprendizaje y renovación, oportunidades de crecimiento y fortaleza.
Nosotros solamente debemos estar a su lado tejiendo los hilos.
Lecturas y videos
- https://www.actasanitaria.com/la-geografia-es-el-destino-muertes-por-covid-19-en-espana-murcia-como-ejemplo/
- https://twitter.com/mlalanda/status/1264583388821848064
- https://rafabravo.blog/2020/05/24/sin-palabras-6/amp/?__twitter_impression=true
- https://gerentedemediado.blogspot.com/2020/05/donde-esta-vuestro-coraje.html?m=1
- http://saludineroap.blogspot.com/2020/05/la-atencion-primaria-que-se-enfrentara.html
- https://twitter.com/DoctorCasado/status/1265224275105112064
- https://twitter.com/SweetNurseOnco/status/1264608487042056193
- https://twitter.com/nachorosell/status/1264630627846041600
- https://elpais.com/opinion/2020-05-15/la-curva-del-odio.html
- https://twitter.com/Nopanaden/status/1264461229021634562/photo/1
- https://www.youtube.com/watch?v=AHYD7ZiiD38&feature=emb_err_woyt
- https://www.ritmo.es/actualidad/yo-yo-ma-interpreta-este-domingo-en-directo-las-suites-para-cello-de-bach
- https://gacetasanitaria.org/es-videos-entrevista-miguel-hernan-con-miquel-190
- https://www.lavanguardia.com/vida/20200524/481352590903/covid19-medicos-pcr-exilio-salut.html?facet=amp&__twitter_impression=true
- https://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/raquel-yotti-instituto-salud-carlos-iii-estudio-seroprevalencia-espanol-unico-mundo_18_2948670354.html
- https://www.lavanguardia.com/vida/20200514/481144351687/estudio-seroprevalencia-coronavirus-covid-19-espana-pandemia-video-seo-ext.html
- https://twitter.com/legidoquigley/status/1264785529935142913
- https://gerentedemediado.blogspot.com/2020/05/testar-localizar-aislar-seguir-y-apoyar.html
- https://gerentedemediado.blogspot.com/2020/05/no-todo-cabe-ustedes-eligen.html?m=1
- https://video.twimg.com/ext_tw_video/1266393015159005185/pu/vid/480×270/f7rsOlnxgB_Blkh_.mp4?tag=10
- https://www.easp.es/web/bimbela/
- https://www.youtube.com/watch?v=q6sETJXWv8A&feature=youtu.be
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Compartiré con todas mis escasas redes sociales este escrito QUE MERECE MUCHÍSIMO LA PENA.
“Las víctimas no son solo los muertos. También los que se han quedado sin familia, sin trabajo, sin recursos, la multitud de seres humanos de este país que tienen el corazón roto.”
Gracias Jose Ignacio
Gracias Miriam por leer lo que escribo y sacar lo mejor de ello.
besos
Toda mi admiración. Alucino que después del enorme trabajo diario tenga la energía y el ánimo de ponerse a elaborar este magnífico artículo.
Mi más sincero agradecimiento
Muchas gracias Ana.
Tus palabras son exageradas desde el cariño.
Muchos besos y gracias por leerme.
Muchas gracias Ignacio por tu artículo. Muy acertado en tus apreciaciones en estos momentos de tanto caos y mi agradecimiento por el esfuerzo de todos los sanitarios y por tu generosidad y entrega que sé de primera mano.
Un abrazo
Gracias a ti, Emilio por tus cariñosas palabras y por leerme.
Un abrazo
¡Qué artículo tan acertado! . Es una perspectiva de lo vivido y lo que está por llegar muy bien sintetizada. Ojalá tanto políticos como ciudadanos tomemos nota. Gracias por tu encomiable labor como médico y, más aún, como persona.
Muchas gracias Susana.
Gracias por ser como eres. Por su cariño y generosidad.
Mil besos
Delicadeza en estado puro, otro exquisito regalo escrito a los que nos acostumbras con tu sencilla profundidad, querido José Ignacio. Una y mil veces, GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS por poner forma tan Bella al sentimiento de muchos de nosotros, entre los que me incluyo. Todo mi cariño por siempre, Maestro.
Gracias a ti María José por tu cariño y por tu luminosidad.
Gracias por leerme siempre con esa generosidad tan grande
Miles de besos
¡Ay, qué lección de humildad y de lucidez! Dos planos inseparables. Gracias, José Ignacio, amigo, por compartir el alma, el corazón y la conciencia. Un trío de ases en el viaje de retorno a la casa sin fronteras: el espíritu y su luz inextinguible.
Un abrazo!
Muchas gracias Sol por iluminarnos siempre, por acariciarnos con tus palabras y ser para nosotros un estímulo permanente
Besos de corazón