¿Por qué conviene escuchar al paciente en homeopatía ?

Hace unos días repasaba en el tren un seminario que debía impartir a un grupo de médicos de Valencia que sigue un curso de terapéutica homeopática específico para pediatras. Se trataba en esta ocasión de hablarles sobre los medicamentos homeopáticos de utilidad en gastroenterología infantil. Al llegar al capítulo que versaba sobre el reflujo gastroesofágico me vino a la cabeza la historia de una paciente que acudió a mi consulta para tratar los problemas de asma que padecía desde la infancia y volví a reflexionar como antaño, en las consecuencias que puede tener el no escuchar de manera activa a la persona que nos consulta por sus problemas de salud.

Se trataba de una chica de unos 25 años aquejada desde muy temprana edad de problemas respiratorios alérgicos del tipo de rinitis y asma por los que había consultado en varias ocasiones a especialistas en la materia. Buscaba más que una alternativa terapéutica, solucionar de manera definitiva o al menos estable su problema ya que quería quedarse embarazada. De haber acudido de nuevo a la consulta del neumólogo o alergólogo, éste se habría interesado por sus antecedentes familiares y personales que dejaría reflejados convenientemente en su historia clínica. Acto seguido habría entrado a valorar los síntomas y circunstancias propias de su especialidad para posteriormente plantear un tratamiento que a priori debería serle eficaz.

Como medico homeópata inicie la anamnesis del problema por el que acudía y posteriormente indague en sus antecedentes familiares y sobre todo personales a todos los niveles, aparato por aparato. Al llegar al aparato digestivo, me informo que padecía anorexia nerviosa desde hacía 7 años y que estaba en tratamiento en Madrid con el Dr. López Ibor, eminente psiquiatra de nuestro país de reconocido prestigio internacional. Lo cierto es que su delgadez, no desmerecía para nada el diagnóstico. Para su problema le habían prescrito la toma diaria de 3 medicamentos para el sistema nervioso, además de estrictos horarios de comida, batidos hipocalóricos y suplementos vitamínicos.

Para el médico homeópata una anamnesis completa y lo mas espontánea posible, es una herramienta de alto valor, por lo que le pregunté por los síntomas que la habían conducido a ese diagnóstico. Me refirió que desde la infancia le costaba tragar los alimentos, y que éstos tendían a salir hacia la boca en vez de dirigirse al estómago como si algo los impulsase a llevar el sentido contrario al natural. Sin ser especialista, estos síntomas me recordaban un trastorno poco frecuente de la motilidad del esófago denominado acalasia que afecta al músculo que regula el paso de los alimentos al estómago, en este caso impidiendo el mismo, con lo que se acaba regurgitando la comida.

Prescribí a la paciente un tratamiento homeopático para sus problemas de alergia que fue efectivo dejando de tener crisis de asma y le recomendé encarecidamente que acudiera al cirujano el cual confirmó mi impresión diagnóstica y la intervino acabando con sus problemas de “anorexia nerviosa”.

Actualmente la veo por la calle paseando con su hijo y su aspecto físico desprende salud, su peso es normal, ha dejado de tener crisis de asma y no toma ningún medicamento.