por el Dr. Gonzalo Fernández Quiroga

Ya conocemos la gran noticia del registro sanitario de los medicamentos homeopáticos en España. Y ya hemos explicado su importancia.

Pero ahora, además, creo que todos, sanitarios y pacientes, podemos reflexionar y sacar algún aprendizaje más de la experiencia de estos años.

Y eso es lo que vamos a tratar en este post.

Objetivo

Tener un objetivo a medio y largo plazo es importante. Importante y compatible con las metas y retos más cotidianos.

El registro de los medicamentos ha sido el principal objetivo en el horizonte homeopático a medio y largo plazo en los últimos años. Lo cual no ha sido óbice para ir lidiando con los asuntos del día a día e, incluso, con la campaña anti homeopática reciente, la pseudoescéptica, mediática y gubernamental.

La ANH (Asamblea Nacional de Homeopatía) no perdió nunca de vista las acciones jurídicas y políticas, tanto aquí como en Europa, sobre el Registro pero, mientras, reaccionaba en los medios con la mayor prontitud y destreza posibles para dejar a salvo el buen nombre de la homeopatía y de aquellos que la practican con nobleza y generosidad.

Perseverancia

La perseverancia es buena compañía cuando nos proponemos algo. Puede que haya muchos momentos de debilidad pero cuando la causa es justa y el objetivo realizable hay que seguir insistiendo.

En efecto, no hay que rendirse. Flaco favor le haríamos a nuestra historia y a todos aquellos que nos precedieron si plegáramos velas antes la primera tormenta por muy fuerte que aparente ser. Flaco favor incluso al mismo Dr. Hahnemann (el fundador de la homeopatía) con su vida llena de sinsabores y dificultades.

Unidad

Una vez más, se comprueba que yendo todos juntos, igual que en otros ámbitos de la vida, se pueden conseguir más cosas. La unidad, representada por la ANH y todos lo que la han apoyado, ha sido esencial para la culminación de este proceso de registro.

Unidad de médicos, farmacéuticos, veterinarios, pacientes… También la industria ha hecho su trabajo de manera eficiente y atenta, presentando los requisitos que las autoridades sanitarias le ha demandado en cada momento. 

Hace mucho tiempo que estoy convencido de que la unidad de acción en homeopatía es esencial. Unidad de acción que no implica, en absoluto, acuerdo en los postulados teóricos y prácticos de nuestra disciplina, pero que es una condición sin la cual no se pueden llevar a cabo proyectos ambiciosos.

Parece que no todo el mundo piensa así. Como ejemplo, la directiva de la asociación que se descolgó a última hora de este proceso unitario. Afortunadamente, ahora, somos todos, también ellos, los que no participaron en las acciones jurídicas, económicas y mediáticas, los que también se benefician de este gran logro histórico del registro.

Si somos capaces de salir de la burbuja grandilocuente en la que algunos parecen estar instalados, nos daremos cuenta que somos un colectivo minoritario que no puede permitirse según qué infantilismos y, quizá, se pueda aprender algo de todo ello.

Pacientes

Y cómo no agradecer la formación de asociaciones de pacientes de homeopatía que han proliferado en las distintas zonas de España en estos tiempos convulsos. Acusaron a sus socios y simpatizantes de poco menos que tontos e ignorantes. Pero ellos siguieron adelante con esfuerzo y determinación y seguro que su mera existencia, y sus acciones, han influido también en los poderes públicos, como sucede en Europa, para mostrar que con la homeopatía se promueve la salud y, a la larga, se ahorran costes.

La asociaciones de pacientes, una vez conseguido el registro, están llamadas a ejercer un papel fundamental en otras reivindicaciones que la homeopatía tiene planteadas.

Todo nuestro apoyo a su labor.

Comunicación

Dejo para el final, pero no por menos importante, algo que me es muy querido y en la que algunos hemos empeñado tanto esfuerzo: la comunicación.

A pesar de los ya varios años impartiendo seminarios y escribiendo artículos sobre el tema, recién está empezando la profesión a ser consciente de su trascendental importancia.

Nada se consigue sin una buena comunicación. En forma y fondo. El médico ya no puede seguir estando encerrado en su consulta. De hecho, ya no lo está. Y él médico que practica homeopatía, menos.

En la época de Internet y de Redes Sociales, hay que abrirse a la sociedad y participar en los debates públicos aportando nuestra visión médica y social que puede ser tan clarificadora y útil. Y explicar lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Y sabiendo hacerlo, claro.

Una mejor comunicación con la sociedad, una mejor comunicación con nuestros compañeros médicos e instituciones, una mejor comunicación con nuestros pacientes, una mejor comunicación entre nosotros.

Sumando.

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