Por Dr. Guillermo Basauri

El lunes mi semana arrancaba leyendo una noticia en El País que hablaba de un manifiesto internacional contra las pseudoterapias. El tema no me sorprendió por recurrente pero me interesó saber cuál era la novedad en esta ocasión. Comencé a leer y vi los argumentos de siempre, contados por los de siempre y con el mismo (nulo) rigor de siempre y mientras leía no dejaba de preguntarme ¿realmente en medio de una pandemia mundial hay médicos que están centrando sus esfuerzos en la “lucha contra las pseudoterapias”? ¿No se debería tener el foco en otro lugar?

Por hacer recapitulación. Hace un par de años ya publicaron el manifiesto a nivel nacional que ahora han elevado a médicos de otros países. Pero los números hablan por sí solos. Este debate es español y más de la mitad de los firmantes siguen siendo españoles aunque han intentado encontrar firmantes en más de 40 países ¿Por qué este empeño por seguir con esta “guerra” que ya parece más una obsesión?

Ahora pasan a denominar el manifiesto “internacional” en una clara tergiversación del lenguaje porque el impulso y la mayoría de los firmantes son españoles. Además recordemos que la Comisión Europea ya se pronunció en su día acerca de este mismo manifiesto y trasladó su rechazo a las reivindicaciones de este movimiento ¿Qué pretenden ahora? ¿Otra negativa de Europa?

Preguntando a colegas en otros países parece que los medios allí no se han hecho eco. Claramente este debate es básicamente un debate español que se quiere trasladar a la realidad internacional con muy poco éxito, forzando un manifiesto sin ningún rigor y lleno de falsedades.

Precisamente, hablando de falsedades, se achaca a la homeopatía el retraso en los diagnósticos de los pacientes y esto supone no entender ni conocer en absoluto qué es la homeopatía y qué lugar ocupa en la práctica de los médicos que la utilizamos.

Los médicos lo primero que hacemos antes de plantearnos un tratamiento es intentar llegar al diagnóstico más certero que nos sea posible de la dolencia que sufre nuestro paciente para, sobre este diagnóstico, indicar el tratamiento que nos parezca más adecuado en cada caso. La única diferencia entre un médico que conozca y utilice la homeopatía y otro que no lo haga es que el primero tendrá más opciones de tratamiento que ofrecer a sus pacientes.

En este sentido son muy interesantes las conclusiones a las que llega el estudio francés EPI 3 en el que se pone en valor las ventajas de incorporar la homeopatía en las opciones de tratamiento de los pacientes, frente a los médicos que no cuentan con ella por no conocerla. Sumar opciones de tratamiento seguras y eficaces siempre favorece a los pacientes.

Y, por otro lado, luchar contra el intrusismo profesional es algo con lo que la ANH está absolutamente comprometida. En este sentido, la homeopatía es una terapéutica dentro de la medicina que debe ser prescrita por un médico y recomendada por un farmacéutico y estamos profundamente de acuerdo en que el intrusismo profesional es una de las situaciones que más daño pueden hacer a esta y a cualquier otra terapéutica médica, además de suponer un serio riesgo para la seguridad y la salud de la población.

Ponen así en nuestro “haber” situaciones contra las que nosotros luchamos en un claro desconocimiento de cuáles son nuestras prioridades y nuestro día a día. Quizá, si tuviéramos la oportunidad de que nos escucharan sin prejuicios, verían que estamos más cerca de lo que piensan.

Y qué decir sobre acusarnos de muertes con nombres y apellidos; nos parece difícilmente digerible. Puede que sea legal pero no creo que se puedan considerar éticas estas acusaciones sin pruebas. La homeopatía precisamente, en caso de pacientes oncológicos como el que se menciona en el manifiesto, intenta justamente conseguir una mayor adherencia al tratamiento al minimizar los efectos secundarios de dichos tratamientos.

Me resulta muy difícil creer que detrás de todo esto haya un verdadero interés por salvaguardar la salud de las personas cuando todas las argumentaciones, una y otra vez, se basan en afirmaciones sin fundamento y en datos obtenidos sin ningún rigor cuya fuente, en muchos de los casos, son los medios de comunicación. Todo muy científico. Yo más bien veo mucho lobo con piel de cordero.

Nosotros vamos a seguir intentando hacer una medicina cada vez mejor, sumando todas las opciones de tratamiento útiles y seguras, como lo es la homeopatía, y confiando en que nuestras administraciones velen por la libertad y la seguridad de sus ciudadanos, a los que se deben.

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