Cinco enfermedades víricas infantiles con expresión cutánea y su tratamiento con homeopatía
Como he comentado varias veces en post anteriores, los virus ocupan un lugar importante en la patología infecciosa del niño, no tanto en el adulto por la adquisición de una inmunidad contra muchos de ellos en la infancia.
Dado que el tratamiento convencional es habitualmente sintomático, es una buena ocasión para utilizar de primera intención medicamentos homeopáticos, para mejorar los síntomas y acortar su duración.
En este artículo quiero contaros como podemos tratar con homeopatía 5 enfermedades víricas del niño que se manifiestan fundamentalmente en la piel.
VARICELA
El virus que causa la varicela es el virus varicela-zóster. Es un miembro de la familia del herpes virus y puede producir 2 enfermedades: la varicela que resulta del primer contacto con el virus, y el herpes zóster que se produce por su reactivación.
La mayoría de los casos de varicela ocurre en los niños menores de 10 años de edad. La enfermedad casi siempre es leve, aunque pueden ocurrir complicaciones serias sobre todo en niños mayores y adultos. En los bebés que reciben lactancia materna o hayan recibido la vacuna es poco probable que contraigan la enfermedad antes de cumplir el año de vida. Los síntomas serios de varicela son más comunes en niños cuyo sistema inmunitario no funciona muy bien.
La varicela se puede contagiar muy fácilmente a otras personas al tocar las vesículas rotas o por las gotitas expulsadas por la tos que suele acompañarla. El período de contagio puede durar en total unos 8-9 días, desde 2-3 días antes de que se presenten las vesículas hasta que se formen las costras.
El síntoma más molesto para el niño es el picor de las lesiones cutáneas lo que provoca el rascado muy frecuente, aumentando la posibilidad de sobreinfección de las mismas y el que puedan quedar cicatrices con más facilidad.
Hay un par de medicamentos homeopáticos especialmente indicados en las lesiones cutáneas de la varicela, se trata de RHUS TOXICODENDRON y RHUS VERNIX. Acelera la evolución de las lesiones y mitiga el prurito. Si las vesículas tienen un aspecto más de ampolla podemos utilizar CANTHARIS con buen resultado.
Como he comentado, con el rascado se pueden sobreinfectar las lesiones, momento este de recurrir a MEZEREUM o ANTIMONIUM CRUDUM para tratarlas.
Las antiestéticas cicatrices violáceas que quedan a veces en algunas lesiones de varicela podemos tratarlas con ANTIMONIUM TARTARICUM.
ENFERMEDAD BOCA-MANO-PIE
El nombre de esta enfermedad define claramente en donde se sitúan las lesiones cutáneas, aunque en ocasiones pueden aparecer también a nivel genital. El niño puede presentar fiebre, malestar general, pequeñas ulceritas en la boca, lesiones de tipo vesiculoso o ampolloso en las palmas de las manos y en las plantas de los pies y, como he comentado antes, a veces a nivel genital.
Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia en niños, de 1 a 5 años y, a pesar de que no es común el contagio en adultos, si alguien no ha pasado esta enfermedad en la infancia sí que es posible el contagio. La época más favorable para la transmisión de este virus es el verano y principios del otoño, siendo contagioso principalmente en la primera semana de enfermedad. Y aunque es muy difícil evitar el contagio, una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia, puede ayudar a prevenir la aparición.
Se trata de una enfermedad que puede estar provocada por varios virus, produciendo inmunidad solamente contra el virus que produjo ese episodio, pudiendo presentar en el futuro síntomas similares por otro virus.
El virus boca-mano-pie se puede transmitir a través de la saliva, cuando el niño estornuda, a través de las heces o de objetos contaminados como pañuelos, cambiadores, juguetes, toallas o chupetes.
En general se trata de un proceso leve y sin secuelas aunque si molesto, con una duración de unos 10 días, raramente se agrava y las complicaciones son muy poco frecuentes.
Es interesante señalar para evitar alarma en los padres que tras una semana de concluida la enfermedad, puede aparecer descamación de los dedos y a las 5-6 semanas aproximadamente puede aparecer una caída de las uñas, indolora y en unas semanas volverá a crecer la uña nueva y sana.
Las lesiones en la boca, de tipo “llaguitas”, son susceptibles de ser tratadas con BORAX y las lesiones de manos y pies que son papulovesiculosas y algunas evolucionan a ampollas, con RHUS TOX/VERNIX o BORAX, también indicado en este tipo de lesiones. En el caso de lesiones dolorosas en genitales, CROTON TIGLIUM prestará una inestimable ayuda,
HERPES ORAL/LABIAL
El primer contacto con el virus causante, de la familia de los herpes virus, suele ocurrir durante la infancia y generalmente es asintomático.
Cuando causa síntomas, estos son importantes asociando fiebre, dolor articular/muscular y malestar general. Los ganglios del cuello suelen estar inflamados y se quejan de dolor de boca, garganta y al tragar, por una gingivo-estomatitis producida por vesículas dolorosas que aparecen en los labios, encías, paladar y lengua, asociadas a enrojecimiento e hinchazón, lo que resulta especialmente molesto negándose a comer.
La contagiosidad de las lesiones dura una media de 2-3 días.
El tratamiento es complicado en el niño ya que es reacio a dejarse aplicar soluciones tópicas en la mucosa bucal por las molestias que le produce, más aún cuanto más pequeño es.
El medicamento homeopático MERCURIS SOLUBILIS, además de ser muy bien aceptado por el niño por el sabor dulce del excipiente, es muy eficaz para tratar las lesiones y las molestias de la mucosa bucal, reduciendo mucho la duración de un proceso tan incomodo para el niño y que le produce rechazo a tomar cualquier alimento. En caso de acompañarse de lesiones labiales es útil asociar RHUS TOXICODENDRON.
VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO. VERRUGAS
El virus del papiloma humano está presente de forma casi general en la especie humana. Se han sido identificados más de 150 subtipos. Su infección produce con mayor frecuencia verrugas comunes, verrugas genitales, las verrugas planas y verrugas palmo-plantares. Pueden ser únicas o múltiples y dependiendo de su localización pueden adoptar formas muy diferentes. Son raras en lactantes y niños pequeños lo mismo que en personas de más de 60 años. Su incidencia va en aumento en los últimos años.
Aunque muchas verrugas se resuelven espontáneamente en pocos años, el tratamiento definitivo puede ser difícil, con frecuentes fracasos y reapariciones, y con el especial inconveniente de aquellas verrugas situadas en localizaciones de difícil abordaje con cirugía o crioterapia por su sensibilidad, como ocurre alrededor de las uñas o debajo de ellas o por ejemplo en los párpados. Todo lo anterior puede verse complicado por la existencia de miedo a la manipulación de las lesiones en el niño de menos edad.
Es un virus que se inactiva mediante lavado con solución jabonosa o alcohol. Se transmite tanto por contacto directo, como por utensilios de personas contaminadas.
Aproximadamente, entre el 7 y el 10% de la población presentarán en algún momento verrugas vulgares, llegando hasta el 20% en niños de edad escolar. La desaparición espontánea ocurre en dos tercios de los pacientes en un plazo de dos años y las recurrencias son comunes.
Los medicamentos homeopáticos permiten tratar no solo los diferentes tipos de verrugas sino la tendencia a reaparecer. Los diferentes tipos de verruga: corneas, duras, blandas, pigmentadas, filiformes, planas, etcétera, y su localización, serán tenidas en cuenta por el médico homeópata a la hora de elegir entre los distintos medicamentos posibles.
Aparte de la prescripción prácticamente sistemática de THUYA, medicamentos como GRAPHITES, ANTIMONIUM CRUDUM, CAUSTICUM, NITRICUM ACIDUM, NATRUM MURIATICUM, DULCAMARA, etcétera, son solo un ejemplo de la versatilidad terapéutica que permite la homeopatía a la hora de individualizar el tratamiento de las verrugas en sus distintas presentaciones. Hay todo un mundo más allá de la cirugía, la crioterapia (nitrógeno líquido) o los antiverrugas tópicos.
MOLUSCO CONTAGIOSO (Poxvirus)
La enfermedad del Molusco Contagioso es un proceso vírico, benigno, frecuente sobre todo en niños y que afecta a piel. En adultos se puede transmitir sexualmente localizándose las lesiones en los genitales. Las lesiones no suelen ser pruriginosas ni dolorosas y pueden descubrirse de manera accidental durante un examen físico. No obstante, las lesiones pueden inflamarse y causar picor como señal de la lucha del cuerpo contra el virus.
Esta producida por un poxvirus, virus con acción exclusiva sobre la piel como ocurre con el del papiloma humano. Su extensión geográfica es universal, la mayoría de los casos se producen por contagio persona-persona y mediante pequeñas heridas en la piel, siendo los mecanismos de contagio diferentes en niños y adultos. En niños casi siempre aparecen en epidemias localizadas en colegios o en zonas recreativas comunes, sobre todo piscinas. El contagio de niño a adulto es difícil, aunque no imposible.
Las lesiones en niños afectan fundamentalmente a axilas, tronco, cara, zona perianal y perigenital, pero pueden estar muy diseminadas. Las lesiones, duras, en forma de cúpula con una depresión central y que se confunden en ocasiones con verrugas, siempre aparecen sobre piel sana y se localizan agrupadas o aisladas (a veces decenas de lesiones que se extienden por autocontagio). Normalmente, las lesiones no producen síntomas. Aunque su evolución es autolimitada en un plazo de hasta 1 año, se aconseja tomar una actitud activa ante su aparición, ya que por autoinoculación el proceso se podría extender y prolongar en el tiempo. Esta es la razón por la que las recaídas son frecuentes.
Las posibilidades de tratamiento convencional incluyen la crioterapia, que es fácil y rápida, pero es dolorosa y puede dejar pigmentación residual. Hay productos de aplicación tópica como el Imiquimod, el hidróxido potásico, queratolíticos o podofilotoxina, no siempre bien tolerados. El curetaje, extirpación de las lesiones con un instrumento quirúrgico (la cureta), es uno de los métodos de tratamiento más utilizados por los dermatólogos, pero a pesar de ser poco molesto, es rechazado por los niños más pequeños, sobre todo cuando las lesiones son numerosas.
Tres son los medicamentos útiles en homeopatía para tratar el Molusco Contagioso. THUYA, DULCAMARA y CINNABARIS, en ocasiones muy efectivos en un corto espacio de tiempo puede resultar muy útil en aquellos niños que rechazan productos de aplicación tópica o el curetaje o bien de primera intención.
Algunas de estas enfermedades suelen venir acompañadas de un cuadro febril más o menos prolongado y susceptible también de ser tratado con medicamentos homeopáticos
especialmente en aquellos niños que rechazan los antitérmicos por las molestias bucales o el sabor. En este caso, medicamentos como BELLADONA, ACONITUM, FERRUM PHOSPHORICUM O RHUS TOXICODENDRON entre otros, pueden complementar el tratamiento homeopático de las lesiones y sus síntomas.
Por supuesto, las medidas de higiene tanto del niño enfermo y sus familiares como los cuidados locales de las lesiones son imprescindibles para llegar a la curación. En este sentido volver a insistir en el lavado frecuente de mano.
¿Porqué no sumar opciones en vez de rechazarlas sin fundamento?
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