Quizá pueda haber alguien un tanto extrañado al ver un post sobre el perdón en un blog de homeopatía. Cierto que puede parecer un poco raro. Sin embargo, si entendemos que perdonar es bueno y beneficioso para la salud tanto psíquica como fisiológica entonces ya cobra más sentido. Y los estudios así lo indican. Además, tampoco hay que justificarse. Siempre hemos dicho que aquí, en este blog, podemos hablar de todo, hasta de los Beatles o el chocolate ☺.
Así que vamos a ver en este post qué es perdonar, de qué manera se perdona, qué beneficios (si los hay) nos aporta y de qué manera la homeopatía nos puede ayudar a perdonar.
¿Qué es perdonar?
Perdonar viene etimológicamente del latín “perdonare”, o sea, “Per” (atravesar, completamente, total) y “donare” (dar, regalar). Sería, pues, algo así como dar mucho, en abundancia, de manera gratuita, sin esperar nada. O sea que damos, regalamos, algo.
Y, ahora, afirmaré que el perdón se hace por uno mismo. Ya sé que puede sonar un poco egoísta decir esto pero me parece fundamental subrayarlo: se perdona, o se debería perdonar, sobre todo, por y para uno mismo.
Si reflexionamos un poco, después de esta sorpresa inicial, veremos que ante una ofensa, un insulto, no podemos dejar nuestra paz en manos de otro, del (supuesto) ofensor. Efectivamente, flaco favor nos estaríamos haciendo si consintiéramos que el rencor, la hostilidad, la rabia, permanecieran en el tiempo uniéndonos con el (supuesto) agresor, estableciendo una ligazón y una atadura profundas.
¿Vamos, entonces, a seguir ligados a ese “otro” por esos motivos? ¿vamos a seguir con la presencia permanente del que hemos culpabilizado de nuestro dolor? Y la pregunta final y que remata todas: ¿vamos a darle ese poder?
Así que, quizás, ahora entendemos que perdonar se hace sobre todo para estar mejor uno consigo mismo, perdonar es una forma de acabar con el propio sufrimiento.
¿Qué no es perdonar?
Perdonar no significa, necesariamente, reconciliarse, relacionarse o justificar la conducta del (presunto) ofensor. Más adelante explicaré por qué hablo siempre de “presunto” entre paréntesis.
Perdonar tampoco implica debilidad del que perdona, antes al contrario hay que ser valiente para “regalar” algo al (presunto) agresor. Un regalo que, al final, también nos lo hacemos a nosotros.
Por supuesto, que no se perdona con la cabeza o solo con la intención de hacerlo (aunque esto ya puede ayudar). Tiene que ser un acto libre, espontáneo y generoso. No va tanto de “razones” como de sentimientos.
Dificultades para perdonar
Como seres humanos, estamos destinados a cometer errores. Todos los hemos cometido. Pero si no aceptamos estos errores, estas equivocaciones como parte del proceso del la vida y no nos perdonamos a nosotros mismos esto va a hacer más difícil perdonar también a los demás. Algunas personas aprenden desde la infancia que cometer errores es algo vergonzoso o malo y esto les puede dificultar perdonar.
Diríamos, entonces, que evitar reconocer nuestros errores, así como culparnos y avergonzarnos, son las principales dificultades para perdonar y perdonarse.
En este sentido, recordemos al filósofo estoico Epicteto “acusar a los demás de nuestras propias desgracias es consecuencia de nuestra ignorancia; acusarse a sí mismo es comenzar a entenderse; no acusar ni a otros ni a sí, esa es la verdadera sabiduría”
Fijémonos que, al final, es nuestra propia sensibilidad para algunos temas la que se siente ofendida o agredida. Por eso hablaba antes del (presunto) agresor. Es presunto porque los demás son como una proyección y somos nosotros, al final, siempre, los que nos sentimos ofendidos. Y por eso cobra aún más sentido lo que decíamos antes que perdonar es perdonarse.
Decía el gran Milton Erickson que cuando nos “insultan” es nuestra responsabilidad ver qué hacemos con eso, “no aceptes el insulto, déjalo con el insultador, es su problema”. Y explicaba aquel cuento del anciano samurai que fue retado por un joven provocador y sin escrúpulos. El anciano, aceptó, el reto. Durante horas fue insultado por el joven que se burlaba y hasta le escupía en la cara. El anciano siguió impasible hasta que, al final, el joven, cansado y humillado, se retiró.
Entonces, todos los discípulos, decepcionados, porque su maestro no había respondido con su espada, le preguntaron cómo había soportado tanta indignidad, cómo había sido tan cobarde.
El maestro respondió:
– Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?
– A quien intentó entregarlo, por supuesto – respondió uno de los discípulos.
– Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos – explicó el maestro – Cuando no los aceptas, siguen perteneciendo a quien los llevaba consigo.
Milton era partidario de responder con sentido del humor ante los “ataques”:
-¿Es usted siempre tan estúpido?
-Solo los miércoles, señor.
En definitiva, se trata de convertir el insulto en halago, transformar el veneno en medicina. Y de eso la homeopatía sabe mucho; “solo la dosis hace el veneno” que decía Paracelso.
Pasos para el perdón
Lo primero es aceptar las emociones que tenemos después de haber sido ofendidos. Hay que dejarse sentir la rabia, el dolor y cualesquiera otras emociones y sentimientos con las que hayamos reaccionado.
Solo un poco más tarde, una vez reconocido lo anterior, habrá que intentar comprender al agresor. Intentar comprenderlo, que no justificarlo. Se trata de intentar entender su punto de vista. Cuando esto se hace con sinceridad, muchas veces se intuye su falta de recursos intelectuales o humanos, su propio sufrimiento o dolor, su ignorancia, su confusión o cualquier otra causa que pudo llevarlo a herirnos.
Finalmente, hay que dar sentido a esta experiencia y esto solo se descubre con el tiempo. Cuántas veces hemos visto que lo que parece tener un matiz negativo en un principio, con el tiempo se torna en positivo. Esa distancia y ese estoicismo nos puede ayudar mucho a relativizar las supuestas ofensas.
¿Cómo beneficia el perdón a la salud?
Hay numerosos estudios que coinciden en que el perdón nos predispone a un estado más saludable:
- Mejora la fatiga y la calidad del sueño
- Mejora la salud cardiovascular
- mejora el sistema inmune
- Mejora los efectos negativos del estrés crónico y la salud mental en general.
¿Cómo ayuda la homeopatía a perdonar?
En un estado de contrariedad, ira, venganza, dolor o rabia crónicos, los medicamentos homeopáticos puede ser de gran ayuda ya que, como siempre hemos dicho, no solo afectan a la esfera física sino a la mental y emocional.
Con la predisposición que hemos mencionado en este post, medicamentos como Anacardium, Ammoniums, Nitricum Acidum, Nux Vomica, Platinum metallicum, Lachesis, Cicuta, Hyosciamus, Veratrum, Tarentula, etc. harán más fácil que algunos de estos sentimientos negativos se disipen y se transformen en algo parecido a paz.
Ya lo decía el tío Oscar (Oscar Wilde) con su acostumbrada y celebrada ironía:
“Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más”.
28 Comments
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Muy buen estudio sobre algo tan importante y tan liberador como es el perdón.
Gracias Gonzalo
Muchas gracias, Pedro
Un gran abrazo!
Excelente artículo .
Gracias por escribirlo y compartirlo .
Celebro que te haya gustado, Mirta
Un abrazo!
Precioso post, Dr Gonzalez y muy útil en los tiempos que nos ha tocado vivir en los que parece que todos vamos enfadados por (o con) la vida
Pues sí, Támar, eso es. Y sabiendo que si hacemos un pequeño esfuerzo las cosas pueden cambiar para todos.
Como por cuestiones que ahora no vienen a cuento no he visto los comentarios hasta hoy, al principio pensé que este tema no interesaría a nadie porque no había comentarios. Ahora veo que sí y ¡cuánto!
Un abrazo!
Gracias por la nota
Excelente
Me gustaría saber si el dr atiende particularmente y donde.su contacto .
Gracias
Me alegra que te haya gustado, Elina
Mis datos de contacto, como los de mi compañeros, los puedes ver en la pestaña “sobre nosotros”
Un cordial saludo!
Gran post, Gonzalo.
Me inclino ante ti, Gonzalo.
Es importante en una buena història clínica preguntar por el perdon, dificulta des, resentimientos, orgullo, humillación… y en cada emoción asociar grupos de medicamentos.
Muchas gracias, Xavi. Tú, como buen médicos homeópata, ya vas un poco más allá 🙂
Un fuerte abrazo!
Un artículo estupendo, Gonzalo. Creo que el perdón, que es un acto de amor (un regalo como dices), es lo más necesario en estos tiempos. No hay más que mirar el panorama nacional e internacional, por ejemplo, sin olvidarnos de nosotros mismos. Y, cómo siempre, la homeopatía ayuda. Muchas gracias
Hola Yolanda,
muy cierto todo lo que comentas. Es muy necesario y no siempre fácil, pero nadie dijo que lo fuera 🙂
un fuerte abrazo!
Muy buena reflexión. Y mejor su aportación
Totalmente de acuerdo
Gracias por comentarlo, José Antonio
Un cordial saludo!
Que extraordinario mensaje de vida Gonzalo. Gracias por la riqueza de tus palabras. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias a ti, María, por pararte un minuto y comentar, ya que eso nos ayuda a seguir.
Un fuerte abrazo!
Estupendo post. En mi caso Ars Album a la 200 CH me quito un disimulado encabronamiento que me carcomía. Gracias por dar claridad a nuestra mente de mono arborícola.
Hola Juan,
celebro que la homeopatía te ayudase en su momento. Gracias por tu testimonio.
Un afectuoso saludo!
Me ha parecido muy interesante y acertada tu reflexión, Gonzalo ¿No crees que staphisagria sería también importante en los primeros pasos del perdón? Tal vez ayudando a drenar esos sentimientos que, al no ser expresados, muchas veces tampoco son liberados ni bien entendidos por nosotros mismos…
Hola Lola,
seguro que Staphisagria puede tener un sitio cuando hablamos de perdón. Pero, como siempre, dependerá de cómo lo ha vivido la persona y cómo lo siente. Y ahí puede haber un montón de medicamentos.
Gracias por la sugerencia
Un afectuosos saludo!
Amb permis crec que no te res a veure que la homeopatia pugui ferte sensible a la pau interior(el perdó) no i te res a veure , no es pot barrejar les coses ves que un que no practica la fe sera capas de perdonar ¿he que no?la homeopatia apaga la angoixa recuperarse vol dir tranquilitzarse , no te res a veure
Hola Mercé,
veo que has traducido después tu post. Yo lo entiendo perfectamente. Tienes razón en que no hay que confundir las cosas y así lo quería transmitir en el post. Una cosa es que un medicamento homeopático pueda ayudar y, otra, que cada uno debe hacer también su trabajo desde su interior.
Un cordial saludo!
Con permiso creo que hablar del perdón como algo que lo puede resolver la ciencia es olvidar que los sentimientos del alma no se curan pasa que se transforman se alivian siempre con el sentimiento i eso no es tangible la homeopatía tranquiliza el cuerpo desaparece la angustia la inestabilidad , eso si pero el perdón es otra cosa.
aqcabo de leer no coments sorry
Interesante el artículo y tan necesario para todos porque no creo que exista algún ser humano que no haya tenido discrepancias con alguien. Generalmente el ser humano es muy visceral olvidándose de la inteligencia emocional. Que bien las sugerencias de medicamentos homeopáticos que nos pueden facilitar el proceso del perdón y llevarlo a cabo tantas veces sea necesario hasta lograr en automático aplicar lo aprendido. Enhorabuena!!
Gracias, Alicia, por comentar y tus interesantes sugerencias
Un afectuoso saludo!
Muchas gracias, Gonzalo, como siempre, por estas reflexiones imprescindibles y cada día más urgentes. Un abrazo enorme!
Gracia, Sol, por estar ahí siempre, comentando
Un abrazo!