¿Puede ayudar la homeopatía para dejar de fumar?

Tabaco y Homeopatía.

En este post vamos a repasar qué consecuencias tiene para la salud el consumo de tabaco, haciendo una reseña especial en relación a las mujeres, el embarazo y la adolescencia, y cómo la Homeopatía  puede ayudarnos a dejar el hábito de fumar.

¿Qué riesgos para la salud provoca el consumo de tabaco?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo y está directamente relacionado con la aparición de múltiples enfermedades y es la principal causa de buena parte de muertes por cáncer de pulmón y de más de la mitad de las enfermedades cardiovasculares.

Según la misma OMS, en 2020, el 22,3 por ciento de la población mundial consumía tabaco: concretamente el 36,7 por ciento de los hombres y el 7,8 por ciento de las mujeres.

El consumo de tabaco incrementa en un 70% el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades derivadas de su consumo y este mayor riesgo es directamente proporcional al tiempo que se lleve fumando y a la cantidad de cigarrillos que se fumen al día.

De hecho, según la American Cancer Society “el tabaquismo sigue siendo la principal causa evitable de muerte en los Estados Unidos, responsable de 1 de cada 5 muertes por año.

En promedio, las personas fumadoras mueren 10 años antes que aquellas que nunca fumaron”.

Entre las muchas enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco las más destacadas podrían ser:

• Bronquitis crónica.
• Enfisema pulmonar.
• Cáncer de pulmón.
• Hipertensión arterial.
• Enfermedad coronaria (angina o infarto de miocardio).
• Accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias o embolias).
• Úlcera gastrointestinal.
• Gastritis crónica.
• Cáncer de laringe.
• Cáncer bucofaríngeo.
• Cáncer renal o de vías urinarias.
• Impotencia sexual en el varón.

Otras consecuencias de fumar también son:

• Función del sistema inmune disminuida.
• Mayor riesgo de diabetes tipo 2.
• Disminución del olfato y del gusto.
• Envejecimiento prematuro de la piel.
• Mal aliento y dientes manchados.
• Mayor riesgo de sufrir problemas de las encías y pérdida de dientes .
• Baja densidad ósea (osteoporosis), con un mayor riesgo de sufrir fracturas óseas, incluyendo la fractura de cadera.
• Mayor riesgo de artritis reumatoide.
• Mayor riesgo de cataratas.
• Mayor riesgo de degeneración macular, que puede causar ceguera
• Problemas de cicatrización.

Además, el tabaco es una droga muy adictiva. De hecho, la nicotina tiene una capacidad adictiva 5 veces mayor que la de la cocaína. Un dato muy impactante sobre el que reflexionar.

Tabaco y mujer.

Existen algunas circunstancias especiales que se relacionan con la mujer y el consumo de tabaco.

Así, se sabe que la probabilidad de padecer un infarto es 10 veces mayor en las mujeres que fuman y utilizan anticonceptivos orales simultáneamente.

Igualmente, sabemos que en las mujeres fumadoras, la menopausia se adelanta una media de entre 2 y 3 años con respecto a las mujeres que nunca han fumado.

Además el consumo de tabaco aumenta el riesgo de osteoporosis.

Embarazo y tabaco.

Al fumar inhalamos nicotina, alquitrán, monóxido de carbono y otras mas de 5000 sustancias  tóxicas. Todos esos tóxicos pasan de los pulmones de la madre al torrente circulatorio del feto y, entre otras consecuencias, disminuyen notablemente la cantidad de oxígeno que le llega. Todo ello pone en riesgo su crecimiento y desarrollo.

Las mujeres que fuman durante el embarazo tienen mayor probabilidad de sufrir serias complicaciones, como sangrado, aborto espontáneo, muerte fetal y parto prematuro.

Fumar durante el embarazo también implica numerosos riesgos para el recién nacido, como defectos congénitos, bajo peso al nacer o muerte súbita del lactante.

Además, parece que al nacer algunos bebés pueden manifestar efectos relacionados con la abstinencia de la nicotina, lo que puede hacer que sean más nerviosos e irritables.

Los hijos de fumadoras tienen mayor probabilidad de padecer asma, problemas en los pulmones, infecciones respiratorias y otras enfermedades como consecuencia de los efectos del tabaco. También tienen mayor riesgo de de morir por síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Tabaco y adolescencia.

El riesgo de padecer alguno o varios de los problemas de salud que hemos descrito está, lógicamente, relacionado con el tiempo y la cantidad de tabaco consumido por la persona, por lo que empezar a fumar durante la infancia o la adolescencia supone un considerable aumento del riesgo de sufrirlas. Además, los niños y adolescentes que fuman con regularidad suelen tener más problemas de salud de tipo respiratorio, menor resistencia física, menor capacidad de concentración o dolores frecuentes de cabeza.

Otro aspecto que debiéramos tener muy presente es que se ha mostrado que los adolescentes que consumen tabaco son más propensos a consumir alcohol y otras drogas que los que no fuman. Además, los adolescentes que fuman son también más propensos a desarrollar conductas violentas (peleas), tener intentos de suicidio, padecer problemas mentales, como la depresión, y tener conductas sexuales de alto riesgo. Evidentemente el consumo de tabaco no es la causa de estos comportamientos pero sí son más comunes entre los jóvenes que fuman. Un dato para reflexionar.

Consejos para dejar de fumar.

Se puede dejar de fumar, es un hecho, y hay muchas maneras diferentes de conseguirlo. Cada fumador debe encontrar la que mejor se adapte a sus circunstancias y características personales.

Dicho esto, estos son algunos consejos generales a tener muy en cuenta:

• Ponerse una fecha y no fumar a partir de ese día. Uno se puede aproximar a ese momento bajando progresivamente el número de cigarrillos por día.
• Cambiar, en la medida de lo posible, los hábitos cotidianos que se racionaban con el cigarrillo y sustituirlos por otros. Por ejemplo, dar un corto paseo en vez de tomar un café.
• “Fumar no es una opción”. Durante el periodo de deshabituación es normal tener deseos de fumar frecuentes pero es importante tener claro que “eso no va a ocurrir”. Pensar en lo que ya hemos conseguido permaneciendo sin fumar y todos los beneficios que nos esperan puede ser una buena estrategia para hacer más llevaderos estos momentos.
• Hacer deporte y mejor si es al aire libre y mucho mejor aún en la naturaleza. Todo sirve, lo mas importante es que se disfrute. A algunas personas les puede interesar más actividades como el Yoga, el Taichi o la meditación. Cualquier actividad que contribuya a disminuir la ansiedad y a conectarnos con nosotros mismos será útil.
• Cuidar la alimentación. Una de las cosas que más puede motivar a dejar de fumar es sumar otros buenos hábitos durante este periodo. Ya hemos hablado de la actividad física y, como no, la comida puede ser el siguiente (o el primer) hábito a mejorar. En este post te hablo de algunos consejos muy útiles en este sentido.

La Homeopatía nos ayuda a dejar de fumar.

Sin duda alguna, dejar de fumar es una de las decisiones más importantes a favor de su salud que una persona pude tomar en su vida. Algunas personas lo podrán afrontar por si solas pero muchas otras necesitarán ayuda para manejar su ansiedad y su dependencia durante todo el proceso de deshabituación.

Y, de la misma manera, no todas las personas que deseen sentirse acompañadas durante el proceso de dejar de fumar van a necesitar y beneficiarse de la misma estrategia homeopática. Cada persona tiene su estructura emocional y su momento vital particular y el tratamiento homeopático tendrá que adaptarse a esas circunstancias individuales e intransferibles de cada persona. En este nivel de acción, el medicamento de terreno de cada persona jugará un papel fundamental.

Además de este nivel profundo de acompañamiento a cada persona, la Homeopatía también nos permite manejar algunos medicamentos orientados a “rescatar” emocionalmente en esos momentos en donde las ganas de fumar o la ansiedad pueden hacerse muy presentes.

Así, medicamentos homeopáticos a base de TABACUM, CALADIUM SEGUINUM o LOBELIA INFLATA se usan clásicamente para modular los síntomas durante el periodo de abstinencia. Son medicamentos que pueden usarse cada vez que la persona tenga ganas de fumar.

IGNATIA, ARGENTUM NITRICUM o GELSEMIUM pueden ser grandes aliados para controlar los intensos cuadros de ansiedad que muchos fumadores pueden sentir al abandonar su hábito.

NUX VOMICA, STAPHYSAGRIA o CHAMOMILLA pueden ayudar cuando lo que esté más presente sea la irritabilidad, incluso con brotes de cólera y violencia.

ACIDUM PHOSPHORICUM o KALIUM PHOSPHORICUM serán buenos medicamentos homeopáticos para esas personas que se sientan decaídas y tristes, sin ánimo ni ilusión, ante la perspectiva de dejar esa adicción que tantos momentos de placer les proporcionaba. Especialmente indicados si todo ello se acompaña de dolores de cabeza y problemas con el sueño.

Todo ello con la ventaja, como siempre, de que estos medicamentos homeopáticos podrá utilizarlos cualquier persona; mujeres embarazadas o dando lactancia, personas mayores con cualquier afectación orgánica y con cualquier otro tipo de tratamiento y, por supuesto, niños y adolescentes, aunque esta no será una situación frecuente.

Y, también como siempre, lo ideal es que el médico homeópata junto con su paciente diseñen la estrategia de tratamiento más adaptada a la naturaleza de esa persona y de sus circunstancias.