Sobre Homeopatía
Preguntas frecuentes
Dudas Habituales, Tópicos y Falsos Mitos extendidos
Recopilación de Preguntas Frecuentes: aquellas que alguna vez te hiciste, las que te formularon y no supiste responder y tantas otras que no te habías planteado pero te gustará conocer.
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La homeopatía funciona a través de los sistemas de reparación y regulación del propio organismo, fortaleciéndolos. De esta manera ayuda al organismo a reaccionar, y lo hace tanto a nivel local (de un síntoma, de un órgano afectado) como general, ya que puede enfocar el tratamiento dentro del contexto físico, emocional y social de cada persona.
Si nos referimos, a nivel más técnico, al mecanismo de acción de la homeopatía, cada vez conocemos mejor la manera de funcionar de numerosos medicamentos homeopáticos. Algunos ejemplos (que se pueden consultar en la sección de evidencias científicas, son los principios activos de Gelsemium para la ansiedad o los de Histaminum para la alergia.
La homeopatía una opción terapéutica más al servicio de profesionales y pacientes. El profesional debe decidir, ante cada uno de sus pacientes, cuáles de las opciones disponibles es apropiado ofrecerle. Los medicamentos homeopáticos son compatibles con la dieta, la cirugía, la rehabilitación, los fármacos convencionales, otras terapias no convencionales, etc. Los medicamentos homeopáticos son suficientes para determinados problemas y pacientes. En otros casos es necesario complementarlos con otras herramientas, y también pueden servir de apoyo a un tratamiento convencional del que no podemos prescindir.
Ejemplos: medicamentos homeopáticos para una faringitis viral, medicamentos homeopáticos para una alergia que podemos complementar con antihistamínico si el efecto no es suficiente (también puede ser al revés, complementar el antihistamínico con homeopatía si algunos síntomas persisten), o quimioterapia que podemos complementar con homeopatía para reducir los efectos secundarios.
En ningún caso se propone la homeopatía como una alternativa en el sentido de que excluya otras opciones que el paciente necesita. Eso no sería ético desde el punto de vista médico.
FALSO. La homeopatía actúa rápidamente, en el sentido de que en poco tiempo los pacientes notan un alivio progresivo de sus síntomas y su organismo empieza a responder mejor. Problemas agudos o puntuales (como tos, dolor, fiebre, o colitis) necesitan ser resueltos en minutos u horas, y los pacientes que repiten son la prueba de que la homeopatía lo consigue. Problemas crónicos, que el paciente sufre desde hace meses o años, pueden ver reducida la intensidad de los síntomas y la frecuencia de las crisis a lo largo de varias semanas o pocos meses. Es decir, que la migraña se alivia en unos minutos y en tan sólo unas semanas se van dejando de tener migrañas.
NO. La homeopatía no cura el cáncer ni otras enfermedades similares, no hay evidencias científicas suficientes de que pueda hacerlo. Por tanto, nunca sustituyas un tratamiento convencional por otro complementario. La homeopatía NO se propone como un tratamiento para el cáncer sino como una manera de mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer. El objetivo es aliviar alguno de los síntomas más comunes (dolor, fatiga, ansiedad y depresión) y reducir los efectos secundarios de los tratamientos antitumorales (quimioterapia, radioterapia, etc).
Por eso, no te plantees elegir entre homeopático y convencional: son tratamientos compatibles y complementarios, y tienen objetivos diferentes.
Para saber más sobre el papel complementario de la homeopatía en relación con el cáncer, consulta el apartado “Homeopatía y Cáncer”
Los principios activos homeopáticos, por su perfil de seguridad, se recomiendan de manera habitual tanto a bebés lactantes como a mujeres embarazadas, y a personas mayores, con varias enfermedades y tratamientos farmacológicos. A lo largo de todos estos años no han reportado incidencias relevantes, aunque como es lógico (para todos los pacientes) hay que tener en cuenta algunas precauciones básicas en situaciones especiales como las alergias a los excipientes.
Los medicamentos homeopáticos son compatibles con los fármacos convencionales y no se han descrito interacciones. Por ello, ambos pueden tomarse juntos tanto si se prescriben para la misma afección (por ejemplo antihistamínicos y homeopatía para una alergia) como para otra distinta (por ejemplo tomar un medicamento homeopático por un problema de piel en un paciente en tratamiento con Sintrom® por un problema cardiovascular).
Como siempre, recomendamos informar al médico y al farmacéutico de todos los tratamientos que se esté siguiendo.
Las diferentes diluciones dinamizadas de cada principio activo tienen dos papeles: por un lado, diferentes diluciones pueden tener un efecto diferente (por ejemplo Nux vómica 5CH para la gastritis y Nux vómica 15CH para el insomnio), o pueden tener el mismo efecto pero emplearse para pacientes con diferente sensibilidad (capacidad de respuesta) sobre todo en el caso de problemas crónicos.
No, porque la fabricación de los medicamentos homeopáticos precisa que la dilución de la materia prima sea seriada (en fases) y que en cada paso se introduzca una dinamización o agitación: sólo así se obtiene un principio activo eficaz. Este proceso está recogido de forma oficial en las Farmacopeas y regulado como en el resto de medicamentos. ¡Es inconcebible que una gota disuelta en una piscina se pueda registrar como medicamento!
En realidad todos los medicamentos homeopáticos llevan prospecto. Lo que pasa es que a veces la información que las autoridades sanitarias exigen cabe en la propia etiqueta y en ese caso no es necesario un papel adicional.
La práctica clínica nos indica que el efecto de los medicamentos homeopáticos no depende de la dosis del medicamento sino de la frecuencia de la administración, siempre que se utilice una dosis mínima eficaz. Por eso no es necesario adaptar la dosis según el peso y la edad. En cambio, sí se puede adaptar la frecuencia de las tomas según las necesidades del paciente.
No. La homeopatía actúa regulando los procesos naturales y equilibrándolos, por tanto no es posible conseguir la supresión de una función natural como la ovulación. En cambio, los medicamentos homeopáticos si pueden utilizarse para regular los ciclos menstruales y aliviar sus síntomas cuando estos son molestos.
El médico podrá tomar mejores decisiones si conoce todos los tratamientos que siguen sus pacientes. Por lo tanto, lo mejor será informarle por tu propio bien y por respeto a la relación de confianza que se establece entre médico y paciente.
SÍ. Los tratamientos homeopáticos pueden ayudar a regular el organismo y ayudarle a reaccionar mejor frente a las circunstancias que lo desequilibran. Desde infecciones de repetición (otitis, herpes, etc.) hasta una alergia, por ejemplo. Esta protección adicional que ofrece la homeopatía ante determinadas situaciones no debe confundirse con la protección específica que brinda una vacuna, siendo ambas estrategias complementarias. Nunca un medicamento homeopático puede usarse en sustitución de una vacuna.
SÍ. Es posible tomar medicamentos homeopáticos durante el embarazo, siempre bajo supervisión de los especialistas (el médico homeópata y el ginecólogo) que podrá recomendar el tratamiento más adecuado para cada caso.
De hecho, los medicamentos homeopáticos son de gran interés durante el embarazo, no sólo para las afecciones propias del embarazo (hemorroides, nauseas…) sino también para la preparación al parto (ansiedad previa, por ejemplo), durante el parto (ayuda en la dilatación…) y el postparto inmediato (cansancio, ayuda a la recuperación, problemas durante la lactancia…). Además es frecuente usar también la homeopatía para afecciones generales que pueden manifestarse durante el periodo de gestación (estados gripales o catarrales, alergias…).
Los medicamentos homeopáticos son de venta exclusiva en farmacias, como cualquier otro medicamento. Un producto comprado en parafarmacia o herbolario no será nunca homeopatía.
En primer lugar, la fitoterapia es una medicina que se basa en plantas, por lo que no cuenta con medicamentos de origen mineral (como el fosfato cálcico o el dicromato potásico) o animal (como la tinta de la sepia o el veneno de abeja).
Por otro lado, el proceso de fabricación de los medicamentos homeopáticos consta de fases sucesivas de dilución y dinamización (agitación estandarizada), que no forman parte de la fitoterapia.
Otra diferencia es que los medicamentos homeopáticos no tienen interacciones con otros fármacos (no interfieren en su funcionamiento). Los efectos secundarios son muy raros y leves y las alergias o intolerancias son muy poco frecuentes y se limitan a los excipientes. Por el contrario, las plantas medicinales los tienen con más frecuencia.
Además, todos los productos homeopáticos son medicamentos y su venta es exclusiva en farmacias, mientras que la fitoterapia está disponible también en otros establecimientos como parafarmacias y herbolarios, cuando se trata de productos no registrados como medicamentos.
NO. En España ni la consulta médica ni los medicamentos homeopáticos están financiados por la Seguridad Social, como tantos otros servicios y medicamentos. Sin embargo, la consulta con un médico especialista en homeopatía sí que está cubierta por algunos seguros privados en España. En Países como Francia, Suiza y Alemania, la homeopatía sí está integrada en su sistema público de salud.
La receta es propia de la atención médica, y cualquier médico puede recetar medicamentos homeopáticos tanto en la sanidad pública como en la privada. Un médico especialista en homeopatía podrá ajustar el tratamiento con más precisión y tratar con homeopatía problemas más complejos. Al no estar sujetos a prescripción obligatoria, para problemas leves un farmacéutico también podrá recomendar medicamentos homeopáticos desde la farmacia. Además, otros profesionales sanitarios como las matronas, psicólogos o fisioterapeutas también suelen hacer uso de medicamentos homeopáticos de manera puntual y sintomática, en sus respectivos ámbitos de trabajo.
Los gránulos y los glóbulos son característicos de los medicamentos homeopáticos, pero podemos encontrar también comprimidos, jarabes, pomadas, óvulos vaginales, etc. De esa manera se aprovechan también las propiedades terapéuticas de los excipientes o la ventaja de poder administrarlos directamente en la zona afectada.
Los restos de comida pueden interferir en la absorción del medicamento homeopático y por eso se recomienda espaciarlo un poco. Ocurre lo mismo después de beber líquidos que no sean agua, de lavarse los dientes o de fumar. Sin embargo, al contrario de lo que dice un rumor más o menos extendido, no es necesario dejar de tomar café, chocolate o menta. Tampoco es necesario usar pastas de dientes especiales. Como hemos dicho, sólo hace falta espaciar la toma del medicamento homeopático con las comidas y evitar tomarlos inmediatamente después de beber.