Por Dr. Gonzalo Fernández Quiroga

¿Han estado las mujeres médicas, farmacéuticas y veterinarias relegadas en homeopatía igual que lo han estado en otros campos?

Este es el tema sobre el que quería reflexionar aquí después de haber publicado, en estas últimas semanas, dos posts sobre mujeres y homeopatía en Hablando de Homeopatía.

En el primero, ¿por qué son las mujeres las principales usuarias de homeopatía?, intentaba contestar una de las preguntas más frecuentes que nos hacen en los medios.

En el segundo, 13 médicas homeópatas clave en defensa de los derechos de las mujeres, mencionaba a 13 de las muchas médicas homeópatas de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos. Médicas que, además de homeópatas, fueron sufragistas, activas impulsoras y defensoras del derecho a voto para las mujeres, así como otras justas reivindicaciones.

¿Han sido relegadas las mujeres en homeopatía?

Mi respuesta a esta cuestión, y limitándome al campo médico que es el que conozco más, es afirmativa. Como digo en el vídeo que acompaña al segundo post, si yo nombrara a Clemence Lozier o Emily Stowe o Harriet Clisby, ninguno o casi ninguno de mis colegas, ya no digo el gran público, las conocería. Estos días, he recibido diversos comentarios de colegas que me han confirmado este desconocimiento y, al mismo tiempo, su satisfacción al saber de su existencia.

Solo ese dato, poco científico pero significativo para mí, me hace pensar que como ha sucedido en otras disciplinas (tantos artísticas como científicas) el papel de la mujer ha sido minusvalorado también en homeopatía.

La mujer en la historia homeopática

Seguramente este fenómeno, común, ya digo en otras áreas, tiene que ver con los prejuicios de la época que ha considerado como menos importante el legado de las médicas homeópatas en comparación con la de sus colegas varones.

Por supuesto que esto mismo ha pasado en toda la medicina y aún de forma más acentuada que en homeopatía. Sin embargo, me parece especialmente sorprendente, en nuestro caso homeopático, que no se haya constatado y reparado esta situación.

Sorprendente por varias razones. La principal, porque justo fueron las escuelas médicas homeopáticas las primeras en permitir el acceso de las mujeres a los estudios de Medicina. Esto habría que dejarlo escrito en letras mayúsculas en nuestra historia y todo estudiante de homeopatía debería saberlo, así como el hecho, incuestionable, que la homeopatía promovió, allí donde se fue implantando, movimientos de igualdad entre las personas, educación y atención a los más desfavorecidos.

¿No son suficientes razones, y de peso, para esta reivindicación de una parte importante de nuestra historia?

La vida y obra de estas pioneras médicas en Estados Unidos es una clara muestra de ello. Claro que sus colegas varones también participaron de estas ideas porque, como digo, es una tradición y filosofía que empieza ya con el mismo Dr. Hahnemann, el fundador de la homeopatía. Ahí tenemos, también en esa misma época histórica de nuestras pioneras, al Dr. Constantin Hering, el padre de la homeopatía americana, conocido antiabolicionistas, reformista y que no discriminaba estudiantes por su condición de género o raza, o a William Cullen Bryant, notable poeta, editor de diarios, muy involucrado en la reforma sanitaria, educativa y de prisiones y fundador del New York Homeopathic College (actualmente, New York Medical College).

Sin embargo, la lucha de estas médicas homeópatas, es doblemente meritoria por su condición de médicas y de mujeres. De médicas, porque no fueron admitidas en las universidades (recordemos la respuesta a Emily Stowe cuando quiso entrar en la Universidad de Toronto) y de mujeres porque, para hacernos una idea, dependían de sus maridos o familiares varones para estar presentes en la vida pública sin, como hemos repetido, ni tan siquiera tener reconocido el derecho de voto.

En este sentido, el haber sido activas sufragistas o tenido como amigas o pacientes a las principales lideres del sufragismo americano no deja de ser otra señal de compromiso ético.

Educación y pobreza

La homeopatía es una terapéutica específica, dentro de la medicina, de tratamiento de las enfermedades y no dice nada de cómo abordar los problemas sociales o la ideología de cada uno. Sin embargo, pertenece a su tradición, por encima de ideologías concretas, la atención preferente a la educación y la atención a las clases más desfavorecidas.

Pues bien, estas médicas homeópatas dieron, también, un claro ejemplo de ello fundando dispensarios gratuitos y organizaciones de ayuda a mujeres y niños, sobre todo, en situaciones de pobreza.

Y esta es otra tradición que la enseñanza de la homeopatía debería reivindicar y profundizar: la igualdad de oportunidades sin importar sexo, raza o situación económica, la educación integral básica, los factores físicos, emocionales y económico- sociales que influyen en el mantenimiento de la salud y nuestra interdependencia con el medio ambiente que nos nutre y nos acoge. 

Seguro que tanto en los programas docentes homeopáticos como en nuestras comunicaciones divulgativas para el público todos estos aspectos pueden mejorarse.

Coste personal

Tan solo podemos imaginarnos el coste personal que la lucha de estas mujeres representó en su vida personal y social, muy superior, esta vez sí, al de sus colegas varones. Esposas, madres, profesionales, activistas… Demasiados papeles y demasiado esfuerzo al que debemos un expreso reconocimiento no ya solo como profesionales sanitarios sino como personas de nuestro tiempo.

Ellas no se arredraron por ello, bien al contrario, afrontaron todas las dificultades, las oposiciones y los contratiempos. Y lucharon por el desarrollo de sus ideas, tan adelantadas y atrevidas para su época, muchas de ellas, tanto desde el punto de vista social como médico.

La medicina biopsicosocial desde hace 200 años

Todos mis compañeros del blog Hablando de Homeopatia y yo mismo hemos escrito sobre el modelo biopsicosocial en medicina, un modelo que tiene en cuenta los factores biológicos, emocionales, laborales y sociales como determinantes de salud.

Y todos nosotros coincidimos en que la homeopatía es la medicina biopsicosocial desde hace 200 años.

Y lo afirmamos porque la homeopatía es consciente de todos ellos y también los considera.

Es entonces cuando el médico se convierte, además, en político, en el sentido más noble de la palabra, aquel que se ocupa de los asuntos públicos de los ciudadanos (en contraposición a los privados) como la salud. Político, como generador, también, de una verdadera educación sanitaria para los ciudadanos. Tal como hicieran, a su manera, el Dr. Hahnemann o el Dr. Hering. Tal como hicieron todas estas médicas homeópatas sufragistas.

Homenajes

Me pregunto, ingenuamente, si dentro de la medicina, la convencional, para entendernos, las organizaciones colegiales, ahora que tanto se habla del papel de la mujer en medicina, han pensado hacer algún tipo de homenaje a estas médicas (más allá de que hubiesen incorporado la homeopatía a su práctica médica) que lucharon para que tantas otras mujeres sanitarias, y hombres, estén ahora donde están.

También me lo pregunto de la comunidad homeopática.

No son buenos tiempos para la lírica homeopática. Ni tan siquiera para la prosa. Así que para el sector de esta comunidad que vive en ese cierto sopor marasmático (o miasmático, no sé bien), con conocerlo e incorporarlo a su severo estudio profesoral supongo que es suficiente.

Para todos los demás, vamos con retraso en reivindicarlas. A ellas y el significado de su aportación a la tradición “biopsicosocial” homeopática.

Clemence Sophie Lozier, Emily Jennings Stowe, Harriet Jemima Clisby, SusanMcKinneySteward, Florence Nightingale Ward, Mary Jane Safford Blake, Maria Augusta Generoso Estrella,  Mercey B. Jackson, Julia Holmes Smith, Leila Gertrude Bedell, Eliza Taylor Ransom, Caroline Brown Winslow,Susan Ann Edson, Alice Boole Campbell, Geraldine Burton-Branch, Arvilla B. Haynes, Mary Belle Brown, Lucy Waite, Myra King Merrick, Caroline Hastings, Anna Howard Shaw, Martha Rogers Ripley, Julia Ward Howe, Laura Matilda Towne…

Médicas. Médicas sufragistas.  Médicas homeópatas. Médicas biopsicosociales.

Estos son algunos de sus nombres.

Para que no se pierdan en el olvido que seremos.

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