¿Quién fue el Dr. Constantin Hering, el “padre de la homeopatía americana”?
El Dr. Constantin Hering es uno de los médicos más sobresalientes en la historia de la homeopatía.
Y, tras el post del medicamento Lachesis, no podía por menos que consignar algunos aspectos de su vida y obra porque así conocemos mejor el espíritu de los hombres y mujeres que moldearon la historia de la homeopatía y que hicieron de ella una práctica tan exitosa desde sus inicios.
Claro que tampoco es de extrañar viendo, como en el caso de Hering, su entrega, humanismo, confianza, vocación médica y búsqueda científica de resultados por encima de cualquier teoría por atractiva que esta fuese.
La figura de Constantin Hering, como la del mismo Hahnemann, es una referencia para cualquier médico y científico no importa la terapéutica que practique.
Años de juventud 1 2 3 5 6 7
Constantin Hering nace en Orchatz, Sajonia (Alemania) en 1800.
Su padre fue Karl Gottlieb Hering (1766–1853) y su madre Christiane Friederike (1777–1817). El padre era músico y, entre otras cosas, desarrolló un sistema simplificado de enseñanza de música a los niños. También fue un reputado pedagogo y propagador de las nuevas ideas de educación universal. De su madre heredó, Constantin, una profunda religiosidad a la que siempre fue fiel.
De joven, además de sus estudios en lenguas clásicas era muy amante de la naturaleza y coleccionaba plantas, minerales e insectos. Ya tenía esa pasión por estudiar, entender y clasificar el mundo natural que le acompañaría toda su vida. Destacaba, por tanto, en Historia Natural y, también, en matemáticas. Sin embargo, se decantó por los estudios de Medicina, primero en Dresde y, después, en Leipzig justo cuando Hahnemann, que había enseñado allí, se trasladaba a Köthen.
Antes de cursar propiamente Medicina leyó una vez una cita de Euiclides que decía que si un hombre desea ser científico primero debe ser un pensador, después un lógico y al final un matemático. Eso le hizo dedicarse, por un tiempo, a estudiar con más profundidad griego y matemáticas.
Medicina
En el año 1821, era asistente del Dr. H. Robbi, reputado cirujano, al que un editor, C. Baumgartner, le encomienda la escritura de un libro que ridiculice las teorías de la homeopatía. Este, a su vez, se lo encarga a Hering.
Hering, estudia, primero, a fondo las teorías de Hahnemann. En el prefacio al tercer volumen de su Materia Medica lee cómo Hahnemann aboga porque toda teoría, toda terapéutica, debe juzgarse por sus resultados, por el “veredicto de la experiencia” y conmina a repetir sus experimentos.
Y eso es lo que hace Hering, investigador independiente hasta el final. Repite el experimento de Cinchona y algunos otros y después de profundizar aún más en el estuidio de la homeopatia pasa a ser uno de sus principales defensores.
Y, así, el libro en contra de la homeopatía nunca llegó a publicarse. Más tarde, también el Dr. Robbi igual que Baumgartner se convertirían, ambos, en defensores de la homeopatía.
En 1824, a Hering le ocurre otro incidente que le hará confiar aun más en la homeopatia. En una práctica de disección se corta en el dedo indice de la mano derecha. La herida se vuelve rápidamente gangrenosa. Los remedios de la época no le dan ningún resultado. Un discípulo de Hahnemnann, Kummer, le sugiere tomar unas dosis de Arsenicum Album y la herida cura con prontitud. Experiencias, estudio y resultados, eso es lo que siempre conformaría sus convicciones.
Y gracias a esas convicciones superó numerosas dificultades en su graduación como médico dada su declaración tan explícita como homeópata y la oposición de algunos profesores a la homeopatía. Pero las dificultades no arredraban a Hering una vez que había llegado a la certeza de algo. Su actitud era, entonces, clara, coherente y determinada.
Así que, al final, en 1826, se graduó en Medicina en la Universidad de Leipzig. Su tesis doctoral se titulaba “la medicina del futuro” y, en ella, disertaba sobre aquellos aspectos que desacreditaban la medicina de la época y argumentaba favor de la homeopatía.
Viaje al trópico
Hering trabajó primero como maestro de ciencias naturales y matemáticas en Dresde, pero en 1827, como expliqué en el post de Lachesis, es enviado por las autoridades de Sajonia a estudiar la fauna y flora de la Guyana holandesa, en Sudamérica, y es allí donde realiza la primera experimentación con el veneno de la serpiente Lachesis Mutus.
En Surinam trabajó como médico siguiendo los principios homeopáticos y tuvo mucho éxito en el tratamiento de la lepra. Publicaba el resultado de sus investigaciones que llegaban a Europa y llegó a ser médico personal del gobernador de Paramaribo.
Transcribo aquí, nuevamente, la experimentación o proving de Lachesis para mostrar el espíritu aventurero, determinado y riguroso de Hering y de aquellos primeros médicos homeópatas. Tal como dijo otro gran médico homeópata, el Dr. E. B. Nash, solo por esta experimentación el mundo medico estaría ya en deuda con él.
Lachesis: todo empezó en el paraíso 4
“Hering fue enviado por las autoridades alemanas al alto Amazonas para el estudio de la botánica y la zoología. Allí fue donde oyó hablar de la temible serpiente surukuku y ofreció una buena recompensa por un ejemplar vivo. Después de un tiempo, al fin le llevaron una en una caja de bambú y quienes la trajeron huyeron inmediatamente y, con ellos, todos los sirvientes nativos.
Así es como se quedaron solos Hering, su esposa y la serpiente en el “paraíso” del Amazonas.
Hering aturdió a la serpiente de un golpe al abrir la caja y, sosteniendo la cabeza con una horquilla, presionó sobre los reservorios del veneno y lo extrajo. Por efectos de la manipulación del veneno en la preparación de las primeras atenuaciones homeopáticas fue víctima de un cuadro febril con delirio y manía que aterrorizó a su esposa. Hacia la mañana se durmió y, al despertar, su mente estaba clara. Bebió un poco de agua para humedecer su garganta y lo primero que hizo fue preguntar : “¿ qué hice?, qué dije?”. El recuerdo de su esposa fue lo suficientemente vívido y los primeros síntomas fueron anotados.
Al día siguiente los nativos regresaron acercándose con cautela y quedando atónitos al encontrar vivos a los Hering”.
Estados Unidos 1 2 3 5 6 7
En 1833 se trasladó a Massachusetts y, aunque vovió a Europa algún año, Estados Unidos ya fue su lugar de residencia el resto de su vida. En 1835 fundó en Allentown, Pensilvania, junto a los doctores H. Detwiler, W. Wessselhoeft, H. Bute y J. Romig la “North American Academy of the Homeopathic Healing Art.”
En 1848, el “Hahnemann Medical College” en Pensilvania y en 1867, el “Hahnemann Medical College” de Filadelfia. Fue esta una de las más grandes instituciones de la enseñanza en homeopatía en todo el mundo con más de 3.000 alumnos y un hospital homeopático donde fueron tratados miles de enfermos. Hering fue el director de Materia Medica y profesor emérito hasta su fallecimiento.
Hering era un profesor al que todo el mundo acudía. Apoyó la causa abolicionista y ofreció enseñanza médica a estudiantes negros a los que les era denegada su admisión en otras escuelas médicas 8.
Su casa, en el 112-114 North Twelfth Street de Filadelfia, siempre fue un lugar de acogida, encuentro y concurridos debates para estudiantes, médicos y amigos. Largas sobremesas se sucedían los sábados a la tarde para hablar de homeopatía y temas de actualidad.
Pero no solo homeopatía. Su casa era un verdadero centro de vida intelectual en Filadelfia a la que acudían amantes de las ciencias y las artes y se celebraban animadas reuniones.
Vida familiar
Hering se casó tres veces. La primera en Surinam, en 1828, con Charlotte Kemper, fallecida en 1831, con quien tuvo un hijo. La segunda con Marianne Husmann en Filadelfia, con la que tuvo cuatro hijos de los que sobrevivieron dos. La tercera en Alemania cuando, de nuevo viudo, volvió temporalmente a Alemania y se casó allí con Thrérèse Budsheim, hija de un médico de Sajonia. Con ella volvería a Filadelfia y tendría ocho hijos de los que sobrevivieron seis.
Su hija mayor, Melitta, se casó con el también médico homeópata y antiguo estudiante de Hering, Calvin B. Knerr.
Fallecimiento
Hering falleció en 1880 en Filadelfia, en plenas facultades, escribiendo y visitando pacientes.
A su muerte, multitud de homeópatas de todo el mundo le rindieron un afectuoso y reconocido tributo y homenaje.
Por la importancia de su obra homeopática, su profundidad clínica, su humanidad y su independencia de pensamiento, es una de las figuras más prominentes dentro de la historia de la homeopatía.
Uno de sus lemas fue “la fuerza de lo suave es grande”.
Obras principales
Además de esa vida tan intensa y aventurera Hering dejó una magnífica y rigurosa obra médica y homeopática. Por citar solo algunas publicaciones de su vasta obra:
- A Concise View of the Rise and Progress of Homoeopathic Medicine
- The Homeopathic Domestic Physician, que ha sido útil a generaciones de prescripciones homeopáticas domésticas.
- The Guiding Symptoms of Our Materia Medica. Su gran obra en 10 volúmenes, una de las cumbres de la historia de la homeopatía.
- Editor de las revistas ‘North American Homoeopathic Journal’, ‘The Homoeopathic News’ y ‘The American Journal of Homoeopathic Materia Medica’.
Aportaciones a la medicina
Hering fue el primero en usar la Nitroglicerina (Glonoinum) en medicina (30 años antes que en medicina convencional) para las cefaleas y los problemas cardíacos.
Además, se le considera uno de los primeros médicos en experimentar con venenos de serpientes.
Experimentó homeopáticamente más de 70 sustancias, algunas tan conocidas después como Cantharis, Colchicum, Iodum, Mezreum, Sabadilla, Sabina, Psorinum, Phytolacca, Platinum, Gelsemium, Apis, Hydrophobinum, etc.
También fue quien, tomado de otro homeópata, Boeningahusen, nos transmitió una de las técnicas de interrogatorio y exploración homeopáticas representado en un esquema, o cruz de S. Andrés, donde cada cuadrante corresponde a una búsqueda clínica particular respecto de las características de un síntoma:
- Localización del síntoma
- Sensación
- Modalidad
- Concomitantes
No es de extrañar, pues, que Constantin Hering sea conocido como el “padre de la homeopatía americana” porque fue el principal difusor de esta terapéutica en Estados Unidos donde tuvo tanto éxito 9. Por poner algunas cifras, en 1900 había, en este país, más de 22 escuelas de medicina homeopatica, mas de 100 hospitales homeopáticos, mas de 60 orfanatos y asilos para la tercera edad y más de 1000 farmacias homeopáticas.
Ley de Hering
A Hering se le conoce, también, por la denominada “Ley de Hering”, una supuesta ley pronóstica de dirección correcta de curación de los síntomas que no solo es reconocida entre homeópatas sino en círculos naturistas, fitoterapia, acupuntura y otras terapias no convencionales.
Esta supuesta ley, más bien una serie de reglas, alguna ya enunciada por Hahnemann, se puede plantear de diferentes maneras pero básicamente viene a decir que la curación debería de ir:
- De dentro afuera
- De los órganos más importantes a los menos importantes
- De arriba abajo
- En el orden inverso a su aparición, o sea, los últimos síntomas en presentarse son los primeros en desaparecer.
Sobre su significado y autoría he escrito, hace años, otro artículo más especializado 10 . en el que dudo que, de hecho, sea una “ley” y que Hering fuera el autor. En todo caso, a Hering, desde luego, no le hace falta ser el creador de estas reglas para seguir siendo uno de los más grandes.
Un verdadero científico y maestro
He dejado para el final esta cita de Hering, de la primera edición americana del Órganon de Hahnemann11, que no hace más que engrandecer su figura. Aquí, Hering se nos muestra, una vez más, como un verdadero maestro y científico: riguroso, sincero, leal y, a la vez, totalmente independiente.
Algunos seguidores de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) deberían leerla para comprobar qué decían los homeópatas mucho antes de que la MBE existiese.
También los propios homeópatas actuales, sobre todo los de determinados círculos homeopáticos, instalados, como están, en el conformismo, poco científico y poco hahnemaniano, de algunos supuestos sagrados dogmas.
“Sea que las teorías de Hahnemann estén destinadas a perdurar más o menos tiempo, sea que sean las mejores o no, sólo el tiempo lo puede determinar; en todo caso es una cuestión de poca importancia. Generalmente se me considera como discípulo y partidario de Hahnemann, y estoy entre los más entusiastas en rendir homenaje a su grandeza; no obstante también manifiesto, que desde mi primer encuentro con la homeopatía en 1821 hasta hoy, nunca acepté teoría alguna del Organon sólo porque estuviese allí promulgada. No tengo inconveniente en admitirlo ante el venerable sabio en persona. El genuino espíritu hahnemanniano es hacer caso omiso de toda teoría, incluso las elaboradas por uno mismo, cuando resultan contrarias a los resultados de la pura experiencia. Ninguna tiene en absoluto ningún peso hasta que conduzcan a nuevos experimentos y proporcionen unos mejores resultados.”
Bibliografía
- Eastman A., Life and reminiscences of Constantine Hering, The Hahnemannian Monthly, Philadelphia, 1917
- Rebok s., Constantine Hering: German Doctor and Founder of American Homeopathy (1800-1880) https://www.immigrantentrepreneurship.org/entries/constantine-hering/
- Galassi R., Dedicated to Dr. Constantine HERING. As I see him 140 years after his death. The Homoeopathic Physician, LMHI, vol 1, Issue 2, junio 2020
- Clarke, J. H., A dictionary of practical Materia Medica vol II, Jain Medical Publishers, New Delhi, 2006
- Knerr C. B., Hering life, http://www.homeoint.org/books1/heringlife/index.htm
- Bradford T. L., Pioneers of homeopathy, http://www.homeoint.org/seror/biograph/heringc.htm
- Lathoud J. A., Séror R., Biographie du professeur C. Hering, http://www.homeoint.org/seror/biograph/hering.htm
- Bedayn G., The father of American Homeopathy, The American Homeopath, vol. 1, 16-19, 1994
- Ullman D., La homeopatía, medicina del siglo XXI, Martínez Roca, Barcelona, 1990
- Fernández Quiroga G., Ley de Hering: ni ley ni de Hering, Revista Médica de Homeopatía, Elsevier, vol 1. Núm 1, 23-26
- C. Hering. Preface to the first American edition. In the Organon of Homœopathic Medicine. New-York: William Radde, 1836, citado en A. Saine, Hering’s Law: Law, Rule or Dogma?
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H & H, qué dúo de ases conscientes: Hahnemann und Hering. Y qué (r)evolución para la medicina en la especie humana, y cuánto les debemos, aun sin saber nada de sus historias personales, inseparables de su búsqueda y de sus magníficos descubrimientos.
La sociedad debe conocerles a fondo y reflexionar acerca del valor homeopático de los tóxicos, que en pequeñas diluciones convierten la debilidad en energía, la toxicidad en salud e inmunidad, las vacunas tienen raíz homeopática, no por “magia” sino por energía y disposición cuántica. Se adelantaron demasiado en la evolución. Qué extraño que quienes fabrican y recomiendan vacunas no reconozcan el valor de la Homeopatía que es su madre medicinal…Aunque si rascamos un poco en la corteza se comprende que lo que sana de verdad no es rentable como negocio en un mundo como este, porque cambia no solo la enfermedad en salud sino que además la salud es posible porque en el proceso humilde de gránulos, glóbulos o gotas, cambian a mejor y al mismo tiempo y espacio, las emociones y la mente, de modo que se curan y reparan tanto los efectos negativos como la vulnerabilidad previa que facilita el proceso patológico, con lo que también se pueden evitar las recaídas.
Querido Gonzalo, una vez más no sé cómo agradecer tanto bueno y tan bien compartido.
Un abrazo infinito!
Cierto Sol, que es importante que se conozca la vida de y circunstancias de médicos homeópatas, sobre todo aquellos pioneros, como el caso de Hering. Y no solo para el público en general sino par los propios homeópatas que muchas veces tienen un conocimiento un tanto superficial de ello.
Creo que se puede aprender mucho de ello porque sus dificultades no dejan de ser similares, de algún modo, a otras épocas como las de ahora y su determinación, vocación, humanismo son un modelo para todos los médicos sin distinción de métodos terapéuticos.
Un afectuoso saludo!
Lo que más he apreciado de este blog es haber ido del pasado, del gran cientifico Constantin Hering , con sus múltiples facetas, al presente con el Dr. Gonzalez Fernández Quiroga. Muestra que la homeopatía llegó a ser muy importante y practicada en el pasado y sigue muy activa en el presente. En tiempos de Hering, no existirían los grandes laboratorios farmacéuticos que luchan a menudo por sus interéses y en contra de la sallud y de la homeopátía que consideran una gran rival.
Hola Vivian, sí, la homeopatía, como constato en el texto, tuvo mucha relevancia en la historia de la medicina, tanto en Europa como en Estados Unidos y, en general, en todo el mundo. Y gracias, muchas veces, a sus éxitos en las enfermedades epidémicas.
Por ello debemos consolidar ese legado y seguir difundiéndolo adaptándolo a los nuevos tiempos y a los nuevos avances científicos.
Un cordial saludo