Leer para curarnos
Leer cura. Leer para curarnos. Leer como tratamiento para las afecciones del cuerpo y del espíritu.
Podría parecer una exageración. Sin embargo, cada vez son más claros lo beneficios para la salud que proporciona la lectura.
Y, ahora que estamos en verano, la estación de la lectura, bien vale la pena explorar sus posibilidades. Como los medicamentos homeopáticos, los efectos secundarios adversos son, aquí, mínimos o inexistentes.
El verano y la lectura
Para mí, también, el verano es la estación de lectura por excelencia. Por contradictorio que parezca era la estación de la acción, el movimiento, la bicicleta, el fútbol, el río, la montaña y, al mismo tiempo, el amodorramiento, el reposo y la lectura. Horas interminables con El Capitán Trueno, El Jabato, Thor, Spiderman, El Corsario de Hierro, Sandokán, Mortadelo y Filemón (no los olvidemos, por favor), Tarzán, La Isla del Tesoro y todos los piratas habidos y por haber… Tantos y tantos libros a la sombra de un árbol, o semiinclinado en la cama o en cualquier otro sitio y postura inverosímil.
Y, ya más tarde, toda las listas de libros y autores que cada uno de nosotros iría poniendo como favoritos y que han dejado una huella más o menos indeleble en cada uno de nosotros.
Así que, de nuevo en verano, nos merecemos desconectar de la toxicidad de la pandemia y cualesquiera otros sinsabores personales. Adentrémonos, pues, en ese maravilloso mundo de la lectura y, por qué no, disfrutemos, también, sus innegables beneficios para la salud.
La lectura como terapia
A la lectura, en su vertiente terapéutica, se le ha dado diversos nombres pero los más destacados serían el de biblioterapia o el asesoramiento filosófico. No son exactamente lo mismo pero tienen objetivos similares. Yo añado, también, el de la lectura a secas.
La biblioterapia
Surgió hacia mediados del siglo pasado al comprobar que a los soldados de la Segunda Guerra Mundial la lectura les ayudaba en su salud de distintas formas y se recuperaban mejor.
Primero se fueron formando grupos biblioterapéuticos en el ámbito psiquiátrico pero, después, se fue ampliando a otros colectivos.
El asesoramiento filosófico
Parece ser que fue el filósofo Gerd Achenbach quien abrió la primera consulta de asesoramiento filosófico en Alemania y, desde entonces, este movimiento se ha ido expandiendo por Europa y América.
El asesoramiento filosófico se basa en que todas las personas, lo sepamos o no, tenemos una filosofía personal, es decir, una serie de creencias y actitudes básicas acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea Y este sistema de creencias influyen sobremanera en la forma en que sentimos, actuamos y nos comportamos.
El objetivo del asesoramiento filosófico es ayudar a la persona a identificar ese su patrón de creencias, ser consciente de ellas, y transformarlas con la ayuda de textos filosóficos adaptados a las circunstancias personales o problemáticas de cada uno.
En esta línea, hay que citar el libro “Mas Platón y menos Prozac”, un best seller que puso de actualidad esta tendencia en España.
Cuentos, metáforas, aforismos
Mucho conocimiento antiguo se ha ido transmitiendo a través de estas “perlas” de sabiduría, los cuentos y aforismos. En psicoterapia utilizamos con mucha frecuencia estas herramientas por su potente efecto persuasivo.
Se trata de suscitar en el interior del paciente una serie de sensaciones, gracias a su poder evocador, que vencen todas las resistencias de la lógica y la razón del paciente.
En efecto, tú intenta convencer a una persona de algo y no será fácil porque estás despertando, de alguna manera, su resistencia al cambio. Esta resistencia es normal, sucede en todo sistema.
Sin embargo, cuando digo a un paciente o un amigo o conocido, que le voy a contar una historia (un chiste, un cuento, una metáfora, un aforismo) veo en ellos los mismo ojos de curiosidad y de expectación que todos poníamos de niños cuando nos iban a contar un cuento o una historia. Sin resistencia alguna.
Y si ese cuento, metáfora o aforismo, encaja con la problemática o el estado del paciente, tened por seguro que será como un bomba de relojería de efectos extraordinarios. Una bomba benéfica que puede superar a cualquier medicamento o recomendación terapéutica.
Solo hace falta ver el uso que de ello hacía, por ejemplo, el gran Milton Erickson o el que hacemos en Terapia breve estratégica.
¿De qué manera cura la lectura? – Mecanismo de acción
Esta es la pregunta que nos estamos haciendo desde el principio. ¿Cómo se producen estos beneficios para la salud física y mental de la lectura?
Pues se proponen varios “mecanismos” para explicar cómo la lectura facilita la recuperación de la salud o alivia tantas afecciones crónicas.
- Aumento de la tolerancia personal al sentir cómo ven, sienten y actúan diferentes personas y sus diferentes puntos de vista. Cómo ven las cosas los demás y qué consecuencia tienen sus acciones.
- A través de la vivencia de situaciones, con su emociones correspondientes, que difícilmente uno podría vivir en una vida o tardaría muchos años en vivir. La lectura te plantea unas situaciones, unos dilemas éticos que, probablemente, tú nunca vivirías pero que te es fácil reconocerte en ellos.
- Se produce una identificación personal del lector con un personaje, tema o circunstancia de la obra con la consiguiente “catarsis” psicológica o liberación emocional. Catarsis que ya era conocida por los antiguos griegos en sus representaciones teatrales.
- A través del insight o comprensión emotivo racional de una experiencia propia del lector en base a las soluciones, reflexiones o emociones del texto.
- Hay una sensación de no estar solo porque todo aquello que te afligía o que creías que solo te pasaba a ti, ves que otros lo han vivido también, anteriormente. Y lo han sentido, reflexionado y puesto en palabras de un modo que te parece totalmente familiar.
- Te ayuda a relativizar muchos problemas que parecían irresolubles.
- Y como broche, puedes tener una experiencia estética y de disfrute, inigualable.
Lectura y Humanidades en Medicina
¡Qué bien nos vendría unas cuantas lecturas de estas y unos buenos debates sobre ello en las Facultades de Medicina!
Mi amigo, el Dr. José Ignacio Torres, lo explicaba muy bien en este post de nuestro blog con siete propuestas para curar la medicina.
Se conocen múltiples experiencias formativas en alumnos de medicina y médicos residentes a través de la literatura, el cine o la ópera; y la música en general es una forma de comunicación, expresión y terapia. La inclusión de las humanidades y las diferentes formas de expresión artística favorecen en los futuros médicos la comprensión de la complejidad emocional, cognitiva y conductual de las personas sanas y enfermas
Creo que no hace falta añadir nada más a estas palabras de otro médico entusiasta de la lectura terapéutica.
Ejemplos de lecturas terapéuticas
En diferentes lugares del mundo funcionan diversas iniciativas asociadas a la biblioterapia. En España, en los servicios de salud de Galicia o el País vasco, por ejemplo. Incluso se sabe de una librería en Florencia (“la piccola farmacia letteraria”) que vende libros con originales etiquetas terapéuticas para mejorar el estado de ánimo de sus clientes.
Por haber, hasta hay libros que nos recomiendan otros libros para cualquier afección (con un índice de la A a la Z). En este “Manual de remedios literarios” se propone, por ejemplo:
- Estar arruinado: lectura deEl Gran Gatsby (F. S. Fitzgerald)
- Alta presión sanguínea: Las olas (Virginia Woolf)
- Dolor de muelas: Anna Karenina (León Tolstói)
- Vanidad: Lo que el viento se llevó (Margaret Mitchell)
- Miedo a la muerte: Cien años de soledad (Gabriel García Márquez)
- Corazón roto: Cumbres borrascosas (E. Brontë)
Desde luego, yo no propondría a “Anna Karenina” para el dolor de muelas o “Las olas” para la hipertensión arterial (o no solo para eso) pero, en fin, aceptamos la vertiente humorística del libro y cualquier excusa puede ser buena para disfrutar de esas obras.
Otros proponen a “El Principito” para crecer y aceptarse a sí mismo, o a “Harry Potter” para superar prejuicios frente a grupos discriminados.
De lo que se trata, en realidad, es de acertar con el libro, el medicamento.
Consejos para una buena biblioterapia
Más que listas, que siempre son un tanto arbitrarias, confía en el consejo de tu terapeuta o tu médico, quizás tu amigo. Alguien que te conozca. Aquí, también, como en homeopatía, la personalización y el momento por el que atraviesas son esenciales.
Pero, aún más, confía en ti mismo, tu intuición. Quizás es ese libro que compraste ayer o ese otro que hace tanto tiempo que está en tu librería y que ahora te llama o, de pronto, por cualquier evento azaroso, te topas con él.
Lee, de nuevo, este verano. Para curarte o por el puro placer de hacerlo que, en el fondo, es lo mismo.
Citas literarias finales
Amigos del blog, no puedo sino finalizar con dos citas este post de verano, lectura y salud antes de desearos unas buenas vacaciones.
La primera es del terapeuta Borges y dice así:
“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído”.
La segunda se atribuye al terapeuta Cervantes, aunque yo tengo mis dudas. En todo caso, es bien ilustrativa de este post:
“En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia”.
Espero haber contribuido, querido lector, querida lectora, aunque sea un poquito, a ayudarte a que busques y encuentres esa frase una y otra vez.
¿Y tú? ¿Qué libros te han “marcado” o cuáles te gustaría proponernos este verano?
Bibliografía
- Elderkin, S., Berthoud, E., Manual de remedios literarios, Siruela 2017
- Marinoff, L., Más Platón y menos Prozac, BSA, Madrid 2001
- Nardone, G., La mirada del corazón, Paidós, Barcelona 2008
- Rosen, S., Mi voz ira contigo. Los cuentos didácticos de Milton H. Erickson, Paidós, 2009
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Qué verdad más grande, querido Gonzalo! La palabra, sin duda, tiene un potencial terapéutico inmenso. Y, también, mal empleada, un efecto demoledor. La comunicación consciente es fundamental para nuestro desarrollo como seres humanos, está más que demostrado. Precisamente los médicos, los psicólogos, los educadores, los pensadores, tenéis un campo maravilloso, muy concreto y al mismo tiempo, universal, para trabajar y orientarnos en ese plano, que es la base práctica de todos los demás planos posibles. La lectura es medicina y alimento fundamental y se nota más en un tiempo como éste, ya en proceso imparable de globalización.
Hace años leía los libros de un tirón, diría que me los comía directamente. Ahora, con el paso del tiempo, resulta que puedo estar horas e incluso días “degustando” una frase, una sola idea, un renglón o un párrafo determinado. Sintiendo y anotando a borbotones el fluir de cada palabra, de cada expresión que arrastra consigo una riqueza inimaginable, abriendo planos a nuevos hallazgos íntimos y a la vez que universales, conectivos, compartidos. Como la fuente natural de un agua que nos riega y quita la sed para siempre; esa misma agua se convierte en un mar inmenso que nos acoge y nos hace flotar en sus ondas de vida, de calma, de danza constante, en un deporte inmaterial pero ‘obligatoriamente’ voluntario (¿!).
En fin. Que muchas gracias, como siempre, maestro y amigo, por enmarcar con la palabra los cuadros incontables de nuevas realidades, interconectadas en el mismo tejido de la vida.
Muchas gracias y un fuerte abrazo, Gonzalo, y buen descanso estival, tan merecido cada día por vuestra generosa dedicación!
Hola Sol,
pues ya estamos de vuelta y es agradable, una vez más, leer tus atinados comentarios.
Lecturas pra disfrutar y lecturas terapéuticas. Muchas veces, las dos al mismo tiempo.
Y, como dices, alimento fundamental para otros planos.
Por cierto. Sol, ¿puedes poner algún ejemplo de lecturas que te hayan influido mucho en tu vida?
Estaría bien que los lectores de nuestro blog se animasen
Un afectuoso saludo!
Hola, Gonzalo, querido amigo! Siguiendo tu sugerencia, los ejemplos que puedo poner sobre lecturas que me hayan influido profundamente y me siguen influyendo son innumerables. Desde Heráclito y Parménides, Hipócrates, Jenofonte, Platón, Aristóteles, Herodoto, Hipatia de Alejandría, Lao Tsé, Homero, Virgilio, Pitágoras, Las Cratas de Ciceron a su hija, Hildegard Von Bingen, Dante, Cervantes, Calderón, Shakespeare, Teresa de Ávila, Juan de Yepes, Descartes, Spinoza, Molière, Leibniz, Kant, Hegel, Kierkegaard, Unamuno, Camus, José Luis Sampedro, Antonio Machado, los Doctores Eduardo Afonso y Francisco T. Verdú, Dr. Vander, el Nuevo Testamento de la Biblia, del Tao y los sufis,, -no como dogmas, sino como humildes y sabias linternas prácticas- y actualmente, Carlos Taibo, Jorge Reichmann, Joaquín Araujo, la inmensa Irene Vallejo, y por supuesto, vuestros artículos y posts en este blogg y en #HomeopatíaSuma, mis queridos médicos de conciencia integradora, maestros y hermanos.
Seguramente que se me quedan en las teclas muchos más referentes de los que he podido enumerar ahora.
En realidad todo aquello que nos despierta y nos hace crecer -yo los clasifico en “maestros del si y maestros de no”, como las señales de tráfico: unos nos indican lo que nos conviene para mejorar y los otros lo que debemos evitar para no perdernos por el camino como Caperucitas distraídas- .
En definitiva, tener en cuenta que todo aporte e instrucción es bienvenida, pero que no todo lo aportado construye, y lo fundamental, lo básico, es desarrollar discernimiento interno para distinguir el tocino de la velocidad. Y saber como gestionar en la praxis la materia y la sustancia de ambos conceptos. En eso los médicos de verdad expertos.
Como siempre mil gracias, Gonzalo, y un gran abrazo!
Hola Sol,
gracias por tus autores y sugerencias. Lo tuyo es enciclopédico ?
Pero, si me permites, te lo voy a poner un poquito más difícil. De esos autores, o de otros, dinos un par o tres de títulos que te han influido de forma especial en algún momento de tu vida.
Gracias!
Un abrazo!
Maravilloso post. Enhorabuena!
Sí que has dado en el clavo.
Se nota tu pasión en lo que haces. Lo transmites con exquisita pluma.
Gran página web. Estoy descubriendo estos cinco médicos apasionados por su trabajo. El mensaje se transmite con maestría.
La pasión es palpable .
Cómo recomendación de libro aporto el de Carme Huertas. “Estamos hechos de lenguaje”. Una investigación exhaustiva del lenguaje. Su evolución. La vibración, el pensamiento, la energía,….
Una delicia para mentes en búsqueda de respuestas.
Gracias por vuestra escritura y divulgación.
Un saludo.
Muchas gracias, Cristina, celebro que te haya gustado.
Y muy oportuna la recomendación del libro de Carmen Huertas, que conozco.
Cualquier otra sugerencia lectora será bienvenida.
Un afectuoso saludo!
Buenas noches, ante todo gracias una vez más por estos videos que, por lo menos a mi, tanto ayudan aclarando cosas o recomendando otras buenas para nuestra salud y nuestra vida.
El verano va pasando, pero para las lectoras como yo no hay estación. Podría decir muchos libros que me han ayudado en momentos concretos, tanto mental como físicamente, pero si tengo que elegir uno sería Juan Salvador Gaviota. Desde mi experiencia personal, yo lo recomendaría para aquellos momentos en los que alguien se siente solo/a por hacer o pensar algo distinto, por sentirse “raro/a”, en los que se “encoge el estomago” y la cabeza da vueltas… Tanto el libro como la película (tengo los dos en casa) me han ayudado en muchas ocasiones. Para mi es una lectura sanadora.
Un saludo
Hola Mercedes,
gracias por participar! Y ahí queda tu preferencia para los lectores del blog.. Yo lo recuerdo, hace mucho tiempo ya. Muy conocido en aquella época.
Un fuerte abrazo Mercedes
e invito a los lectores a participar con sus libros preferidos y “sanadores”
Pues allá voy, Gonzalo, a escarbar en la memoria y a extraer esos títulos, aunque el reto de reducir una inmensidad tan querida me resulta precioso y muy recortado al mismo tiempo: elegir entre lo que amas y más te ayuda y te ha ayudado a crecer, es un desafío emocional increíble. ¡ Y encantador a la vez!
‘La Iliada de Homero’ y la ‘Eneida’ de Virgilio, dos monumentos literarios y profundamente humanos, que tuve el privilegio de traducir, cocinar y disfrutar completos, en el curso de Preuniversitario, en el Instituto. Esa tarea me marcó para siempre, en todos los sentidos, me abrió los ojos a otras nuevas dimensiones por medio del estudio etimológico profundo de cada palabra, de cada juego sintáctico, y de cada significado; a los 17 años algo así te cambia la vida. Marca por dentro.
“Del sentimiento trágico de la vida” de Unamuno, fue también un terremoto para mí. Junto a “Por tierras de Portugal y España” miradas y sentidas por un vasco que se recorrió la península para poder escribir ese monumento sabio y profundo. Bellísmo. Él también era poeta.
“La vida es sueño” de Calderón, en especial, el monólogo de Segismundo, que de vez en cuando aun recito como mantra poético con una inevitable conmoción íntima.Y en “El alcalde de Zalamea”, con una reivindicación total de la libertad de conciencia en plena dictadura de los años 60, como soltarle a un monarca absoluto que puede quitarle la vida pero que no la dignidad que reivindica en su denuncia porque “el honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios”, no se vende ni se ofrece como pago de un chantaje. En aquellos años dictatoriales era un auténtico bombazo, que me nos hacía pensar que tal vez la España de los años 60 del siglo XXI estaba peor que la del siglo XVII.
“Campos de Castilla” de Antonio Machado, que se me quedó grabado como un tatuaje perenne en la conciencia y en mi alma de poeta.
“Tartufo” y “Las preciosas ridículas” de Moliére. Dos linternas geniales para el camino.
“Llama de amor viva” de Juan de Yepes (alias de La Cruz). Indescriptible.
“Repensar la anarquía” de Carlos Taibo. Imprescindible.
“El común de los mortales” de Jorge Reichmann”. Cartografía directa de la conciencia personal y colectiva, de verso en verso.
“La comunicación absoluta” de Luis Cencillo Ramírez, el profe de Filosofía de 2º de carrera que nos dejó unas raíces básicas conectadas entre Freud y los presocráticos.
“La eternidad en un junco” de Irene Vallejo. Un ensayo increíble del lenguaje y su argamasa tejiendo la historia humana. Una obra genial sin duda, que alimenta, clarifica e integra. Y anima en medio de la vorágine.
Y aquí freno, porque me acabo de dar cuenta de que me pides dos o tres títulos…Perdona, Gonzalo, que me haya pasado y no consiga reducir más el recuento sin sentir que traiciono algo muy muy hondo y fundamental en mi vida y en la de much@s más, seguro!
Gracias por todo, querido amigo, hermano y maestro.
Un gran abrazo
Qué bueno Sol, y qué terapéuticos seguro que fueron para ti todos ellos! Muchas gracias!
Un gran ejemplo para la participación del resto de lectores del blog
Animaos!
Este artículo, querido amigo es de aquellos que deberían repartirse en los centros sanitarios .
Estoy convencido de que la lectura cura y de que la biblioterapia es de gran ayuda.
Por eso, prescribo libros y cine y los comparto con mis pacientes, de modo que a veces me encuentro con que alguno me confiesa que la lectura ha cambiado la perspectiva de su problema de salud e incluso de vida.
Es necesario construir un entorno de salud con menos pastillas y más arte, porque como con la homeopatía la percepción de auto-curación es un subidón para el paciente. Se siente CAPAZ de tomar las riendas de su salud.
Me gusta usar la filosofía, la narrativa y la poesía y ponerla al servicio de los demás y estoy convencido que el médico como terapeuta debe usar las herramientas más eficaces, seguras y bellas.
Hablemos de Marco Aurelio, Hannah Arendt, Aristóteles, Susan Sontang, Pérez Galdós. De Serrat, Aute. De Lope, Calderón, San Juan de la Cruz, Santa Teresa, César Vallejo, de Mozart, Bach y de tantos otros que nos hacen la vida mejor y a través del goce y la reflexión nos hacen mejores personas.
¡VIVAN LOS LIBROS!
jajajaja, eso es… ¡vivan los libros!
Ya sé que tú eres un enamorado de esta “terapia” y ahora queda más claro para los lectores del blog.
Yo tengo la misma experiencia y, en mi mismo, puedo atestiguar el cambio de perspectiva sobre un problema, o sobre cualquier aspecto de la vida, a través de la lectura.
Y, en todo caso, además, hay algo que se llama belleza.
Un fuerte abrazo, amigo!