Cómo ha afectado la pandemia a nuestra salud mental
Reflexiones de un médico homeópata
Más de un 30% de los españoles han llorado desde que se inició la pandemia, ha habido miedo a morir, a contagiar o contagiarse, a perder a seres queridos…
Los titulares han sido diversos pero lo que nos indica, en realidad, la encuesta sobre salud mental del CIS, realizada entre el 19 y el 25 de febrero de este año, es que nuestra salud mental ha empeorado tras la pandemia.
Y no podía ser de otro modo. Tanto de los propios efectos en sí de la pandemia como los efectos de algunas de las medidas impuestas por las autoridades sanitarias y que la encuesta no diferencia.
En nuestro blog, ya desde el principio, nos preguntábamos por ambos aspectos. Y ya desde el principio hablamos de los efectos secundarios que nos podía traer la cuarentena y estar en casa tanto tiempo (la convivencia familiar , el confinamiento, momentos difíciles, y la ansiedad y estrés) los duelos en tiempo de coronavirus (cómo afrontarlo y como ayuda la homeopatía entre otros) sin la presencia física de los fallecidos, las no despedidas en los últimos momentos, la situación de los ancianos en las residencias, la pobreza generada, etc.
En resumen, todo aquello que la Covid se llevó, se está llevando, de nuestras vidas.
Pero vayamos con la encuesta
El miedo
- Uno de cada cuatro españoles (el 23,4%) ha sentido mucho o bastante “miedo a morir debido al coronavirus” (un 18,4% entre los hombres y un 28,3% entre las mujeres).
- 68,6% padeció “mucho o bastante miedo” ante la posibilidad de muerte de un familiar o ser querido (74,1% mujeres y 63% hombres)
- 72,3% ha sentido esa misma preocupación ante el miedo a contagiar a su entorno más cercano (77,2% mujeres y 67% hombres).
- También tiene altos porcentajes la idea de no poder ver a familiares y amigos íntimos (65%), que la sociedad no vuelva a ser la misma de antes y que haya más pandemias que formen parte de nuestras vidas (50%)
Tristeza
- el 35,1% “ha llorado debido a esta situación”, con una clara diferenciación por sexos: 16,9% de los hombres y 52,8% de mujeres.
Curiosamente son los más jóvenes (entre 18 a 24 años), los que más dicen haber llorado, un 42,8%.
Cansancio
- Casi un 60% dice sentirse “cansado o con pocas energías
Sueño
- Casi un 42% de los encuestados ha tenido problemas de sueño
Otros Síntoma físicos
Resaltamos algunos de los más frecuentes
- 38,7% ha tenido dolores de cabeza
- 38% dolor de espalda
- 33% dolor en sus brazos, piernas o articulaciones
- 22,7% palpitaciones o sentir el corazón acelerado
- y siguen los porcentajes de problemas gastrointestinales (dolor, náuseas, vómitos, estreñimiento, etc.), ahogos, mareos, etc.
Niños
- un 72,7% asegura que estos han sufrido “cambios de humor” el 78,6% “cambios en los hábitos de vida” y un 30,4% “cambios en el sueño
Los medicamentos
Los medicamentos prescritos para tratar estas afecciones fueron mayoritariamente ansiolíticos (58,7%), antidepresivos (41,3%) y para trastornos del sueño (21,2%).
Reflexiones
Estos son los datos de la encuesta. ¿Qué reflexiones podemos hacer sobre ellos como médicos integrativos y homeópatas?
1. El miedo es la emoción más básica del ser humano y, seguramente, la más potente, así que es lógico que el miedo (a morir, a contagiar, etc.) haya sido la emoción predominante al principio de la pandemia cuando afrontábamos un peligro que no acabábamos de entender.
Por ello, también aumentaron los casos de hipocondría o las agudizaciones de los trastornos obsesivo compulsivos (TOC)
Después, las cosas han ido evolucionando y, probablemente, ahora predomina más la tristeza, el cansancio, la depresión y el hartazgo. La angustia, en una palabra, que tiene ese matiz de desasosiego y de derrota. Creo que habría que prestar especial atención a las tendencias depresivas e, incluso, las suicidas (sobre las que no se comenta, como es habitual, nada).
Otra emoción que, desde mi punto de vista, va aumentando es la rabia. Favorecida por la crisis económica precedente y rematada por la actual del Covid se va extendiendo por amplios sectores de la población. No solo va a dar problemas de salud individual sino de posibles brotes de violencia social a los que ya estamos asistiendo.
2. Son llamativas las diferencias entre sexos a algunas preguntas. Por ejemplo, en la repuesta de “haber llorado” hay casi un 40% de diferencia. También en el miedo a los contagios. La explicación socorrida es la de los estereotipos culturales, o sea, el hombre no reconoce tanto sus emociones como la mujer. Seguramente esto es así, a falta de mayor profundización o añadidos al asunto.
3. Es muy alto el porcentaje (70%) de afectación del humor de los niños. Siendo inquietante creo que la plasticidad de los más pequeños hará que lo superen sin mayores dificultades aunque siempre puede quedar huella en los más susceptibles.
Más preocupante son, a mi juicio, los colectivos de adolescentes y jóvenes y los mayores en residencias. Los adolescentes y jóvenes, ya especialmente castigados por la crisis, están viendo muy mermadas sus posibilidades de socialización y realización en estos momentos claves de sus vidas. Es indicativo que son los que más dicen “haber llorado” en esta crisis. Habría que estar más atentos a ellos en vez de acusarlos de irresponsabilidad como se ha hecho con frivolidad desde algunos sectores.
4. La visión global de la enfermedad: aquí no estamos hablando de una enfermedad individual sino “social”. Pero es lo mismo. Lo que vale para los individuos vale también para las sociedades. Las emociones nos “enferman” de diferentes formas, física, psicológica y hasta espiritualmente, dependiendo de nuestro estado constitucional y vital.
5. ¿Y cómo tratamos todo esto? Pues con ansiolíticos y antidepresivos. No digo que no tengan su función positiva pero me parece un poco limitado, además del riesgo de efectos secundarios, adicciones, etc.
A mi entender, tenemos un grave problema, un problema mundial, que debería hacernos reflexionar sobre muchos aspectos de nuestra sociedad para saber por dónde queremos ir en el futuro y qué debemos cambiar. Y parece que, en realidad, como ya es bastante habitual en nosotros, lo parcheamos.
Sí, que si los murciélagos y los mercados húmedos, que el teletrabajo, que las mascarillas, el comercio electrónico… Muchos cambios que han llegado para quedarse. Pero ¿eso es todo? La sobreexplotación de los hábitats animales, las desigualdades sociales generadoras de pobreza y mala salud y un largo etcétera ¿dónde quedan? ¿dónde está el verdadero debate para una visión general e integral de los problemas y que no vuelvan a suceder?
6. Y, sobre todo, a nivel de salud, y en lo que nos compete, ¿dónde está la visión global de toda esta sintomatología física y mental que nos está afectando según la encuesta del CIS?
Es obvio que todos estos síntomas de miedo, angustia, cansancio, sueño, dolores, etc. deberían considerarse desde un punto de vista global pero, a la vez, personalizando las diferentes maneras en las que lo vive cada uno según sus características y circunstancias vitales.
Educando a la población de forma clara, abierta y en positivo, sin exageraciones, y sin miedos.
Y con medicamentos, a poder ser, sin problemas de adicciones, ni efectos secundarios relevantes.
Justo la visión global e integrativa, y los medicamentos, que la homeopatía ofrece.
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me siento identificada con las palabras del doctor soy medica hago homeopatia de medicina tradicional china y considero lo mas importante de la consulta medica es escuchar al otro y alli esta la respuesta de la medicacion que voy a indicar gracias
Hola Elsa,
muy de acuerdo contigo y seguro que todos nuestros colegas coinciden. La escucha es un elemento fundamental de la consulta sea la que sea la terapéutica que después prescribamos.
Un cordial saludo y gracias por seguirnos
Qué claro y qué acertado, querido Gonzalo, es este post oportunísimo en un tiempo tan desarticulado en lo personal como en lo colectivo, donde la desorientación y el corte en los hábitos y conductas de siempre, nos puede dejar perdidos en el caos de la desorientación. Gracias por ejercer ese compromiso hipocrático y yo diría que evangélico -en plan completamente laico y aconfesional-, pero que pone en práctica la esencia del concepto literal de la expresión griega del siglo I de esta era : eu =buena, angellós= noticia, mensaje. Sobre todo cuando el mensaje trata de despertar, cuidar, orientar y cooperar con la buena salud de la humanidad, para prevenir y/o atender dolencias.
Un gran abrazo, Gonzalo y ¡muchísimas gracias, como siempre!
Muchas gracias Sol por tu acertado comentario que amplía y precisa un poco más el post
Un abrazo!
Una vez lei que el antídoto del miedo no es el valor, es el amor. Cuanto más amor , menos miedo, porque el amor te saca de ti, dejas de ser tu máxima prioridad. O dicho de otra manera, el miedo es la ausencia de amor. Yo ahí lo dejo para reflexionar, a ver cómo resuena en cada uno.
Muchas gracias por este hermoso post querido amigo. Un abrazo.